En efecto, La maldición del altar rojo es otra de las últimas que me agradan sobremanera. Es un filme extraño, austero, pero que tiene cierta garra ambiental. En la versión española, hay un momento en el que el protagonista dice en la siniestra mansión: "Parece como si Karloff fuera a salir de un momento a otro". Y Karloff, más tarde, hace su aparición majestuosa sentado en su silla de ruedas. Cuando se edite comprobaré si es un chiste añadido, o está an el original, a la manera de la obra de teatro Arsenic and Old Lace, interpretada por él mismo. Chiste que se pierde en la versión cine.