Respecto a Mucho Ruido y...

Siempre me pareció un gran acierto el usar el Sigh No More como leitmotiv de la película. Creo recordar que en la obra original sólo aparece una vez, a mitad de la función, y seguramente muchos otros adaptadores, a la hora de tener que recortar el libreto, la hubiesen dejado fuera. Pero Branagh no sólo la conserva, sino que la convierte en el motivo recurrente de la cinta, y la utiliza al comienzo de la función, en el ecuador, y al final, las tres veces con un tono distinto (sugerente al principio, luego lírico y jubiloso al final), muy acorde con sus respectivas secuencias. Ahí es donde se nota el gran trabajo de adaptación.

Sorprende descubrir que la intención inicial de Branagh era rodar la película en decorados, y reforzar más el carácter teatral de la obra, como años más tarde hizo con Trabajos de amor perdidos, pero hay que reconocer que el rodaje en exteriores y en localizaciones reales de la Toscana le beneficia muchísimo a la película. Ese sol tan brillante y esos jardines tan verdes no hacen sino reforzar el optimismo vital de la película, y el paisaje acaba convirtiéndose en un protagonista más sin el cual la película no sería la misma.

En cambio, sí que me parece genial que Branagh reservase esa "artificiosidad" para otros detalles, como hacer que el príncipe Don Pedro de Aragón sea negro y que además en el baile de máscaras no le reconozcan, a pesar de que el antifaz no oculta su color de piel (recurso vuelto a usar, aún con más descaro, en Love's Labour's Lost), ese tipo de cosas que tanto poner a parir los espectadores "verosimilistas", pero que a mí me parece genial que Branagh las defienda a capa y espada, incluso en sus proyectos más comerciales (como Thor, con ese dios nórdico negro como Drácula ).

La primera peli que descubrí de Branagh y que, de inmediato, pasó a convertirse en una de mis favoritas. Me enamoró tanto, que al día siguiente fui corriendo al videoclub en busca de más pelis suyas, con eso lo digo todo. Y eso que en su día descubrí sus películas dobladas, sin poder apreciar todavía la brillante mezcla de acentos siempre presente en ellas, para desgracia de aquellos retrógrados que todavía piensan que Shakespeare sólo puede ser recitado con perfecto inglés de Cambridge.