Y además de eso, es un Rey que sabe liderar, pero que es el primero en dar la cara en la batalla, en sufrir con sus hombres. Fernández Valentí dice que en el famoso travelling está manchado de snagre, como algo negativo, pero la dirección e interpretación de Brannagh y la música de Doyle apuntan a un sentido opuesto: esas manchas lo que indican es que no es un rey que manda a sus tropas desde la retaguardia, sino que se arremanga y da ejemplo. Esa escena exalta la figura de Henry, y precisamente lo hace por cómo actúa también frente al horror posterior a la batalla. Henry no está celebrando la victoria bebiendo en sus aposentos con sus generales, sino que sufre con sus hombres y carga a sus espaldas la muestra más terrible de lo acontecido.