A mis brazos, querido. Es una pequeña maravilla, muy bien rodada (percibo ecos a Mucho Ruido y pocas Nueces) y musicalizada. La dirección de actores de Ken no ha perdido su pulso. Y la partitura de Doyle es una vuelta a su clasicismo glorioso de los 90. Me alegra ver que en este foro se tiene en gran estima a esta película, que supuso una grata sorpresa para mí.
A Campanilla le maravilló.