En efecto, la banda sonora, al igual que la película, se centra en los aspectos humanistas de la historia, lo que proporciona una visión más rica y compleja a la partitura.
La imprevisibilidad es, ciertamente, una de las grandes virtudes de Doyle, lo que hace que los pequeños matices y detalles que pueden pasar desapercibidos en una partitura como la que nos ocupa en su primera escucha, vayan adquiriendo mayor relieve en progresivas audiciones.
Respecto a mi comentario describiendo a ambas bandas sonoras como rara avis, me refiero justo a eso; en el caso de Frankenstein (como muy bien habéis comentado tú y Jane) su desarrollo lírico por encima del efectismo (más sugerente que evidente), así como usar una partitura plenamente orquestal junto a la formación clásica del compositor la alejan (y la hacen distinguible) del sonido que pudiera haberle dado un compositor norteamericano.
El caso del Drácula de Kilar, es aún más acusado, puesto que el sonido vanguardista (en ocasiones abstracto y disonante) lo alejan aún más de lo que pudiera esperarse dentro de una gran producción hollywoodiense de la época (con alguna salvedad, como Kubrick, pocas eran las películas que contaran con este tipo de sonido hostil y desafiante), pese a que el tema de Annie Lennox me sobra tanto aquí como en la película y me parece una inclusión forzada de cara a la comercialización de la película.
PD: Respecto a la pandereta, creo que se escucha en determinadas secciones de percusión en la partitura que nos ocupa, aunque no es muy evidente. Sí tengo más presente su uso en Henry V y en Much Ado About Nothing, aunque tu comentario acerca de su uso me intriga...![]()
PD 2:Spoiler:
Saludos.