La película no me disgustó, más que iba con mi crío, y él la estaba pasando pipa y con sus risas me doy por pagado. Pero ya analizando con ojo clínico, pues está claro que ésta cuarta entrega no era necesaria.



Se montaron en el argumento de que Po ya debía entregar su estafeta y usaron a un personaje que pasaba por ahí para endilgarle dicho mérito dejando por fuera a los otros 5 guerreros dragón que bien merecido lo hubieran tenido.

En ese caso no empatizas con la trama ya que flaquea con el supuesto nuevo personaje central.



Además la villana, la Camaleona, que apuntaba a todas luces a ser la villana más poderosa de toda la saga, termina siendo un plato de babas y a mi gusto termina siendo derrotada demasiado fácil. Un personaje como la Camaleona, con las habilidades que tiene y el poder que llega a acumular es para que se hubiera buscado una forma bien ingeniosa para derrotarla, pero naaaah... unos simples movimientos de báculo que bien pudieron hacer desde un inicio y zaaas.



El humor, que siempre debe ser uno de los fuertes de la animación, lo sentí flojo, muy pocos chistes me hicieron verdadera gracia y conlleva que con el paso de los minutos de metraje ronde por mi cabeza el pensamiento de que “se está alargando ésto”.



Hay algunos pensamientos filosóficos profundos, que salen de los diálogos que Po tiene con sus dos papás y eso se agradece pero no llega a salvar ni mucho menos todo lo demás.



Saga que ya muestra signos de cansancio y por ende si vas con tus niños pequeños, sí vale; pero ir a verla en tono adulto es misión fallida.