Está bastante bien. Documentales aparte, probablemente es la mejor y más didáctica película sobre la crisis hipotecaria. Y aunque no traten exactamente el mismo tema, triunfa donde The Wolf of Wall Street fracasaba estrepitosamente, que es mostrando en qué consiste el sistema, cómo funciona, y qué puede llevarlo al colapso. O al menos no parece una película pensada para una audiencia de adolescentes, como sí lo parecía aquella.