Puestos a comentar leyendas urbanas (tema que me encanta), mi segunda leyenda urbana favorita (la primera tiene que ver con Anne Igartiburu y su sorpresa) es la que cuenta Sara Montiel: que después de estar trabajando duramente en Estados Unidos, donde ganó millones de dólares, venía en el avión de vuelta a España contando su dinero y de repente alguien abrió la puerta del avión y todo el dinero salió volando. De forma que todo el trabajo no le sirvió de nada.

Vuelvo a decir que para que una leyenda urbana triunfe tiene que tener cierto grado de credibilidad a la vez que de escabrosidad. No triunfaría una leyenda urbana en plan: "Ricky Martin esperaba en el armario mientras la niña daba de comer mermelada al perro con la mano". Si te cuentan esta historia y quieres que tenga repercusión mediática sólo tienes que sustituir la palabra "mano" por

Un saludo