Hola a todos.
Como pequeña presentación, soy aficionado al cine de terror desde niño. Como soy de los 70, me crié con las películas Hammer, y algo después, crecí con el fantaterror español (denominación que nunca me ha gustado, ¿por qué no simplemente "terror español"?).
Veo un error de planteamiento en todo esto. Y es analizar a Paul Naschy como si hubiese sido una "especie aparte" dentro del terror español. No lo fue. El terror español tuvo unas cualidades comunes, incluyendo virtudes y defectos. Eran películas "mágicas", con su ingenuidad a cuestas, pero que, vistas en aquella época, sabían meterte en esas historias rocambolescas y ambientaciones que daban el pego. No puedo pedirle a alguien joven que las valore positivamente ahora. Con lo que ha venido después, acostumbrados a efectos especiales elaborados, música "preparada" para asustar y los nuevos tipos de monstruos (bueno, en realidad hoy día parece que solo los zombis pueden dar miedo)... Es difícil.
Paul Naschy fue una perfecta muestra de esa época. Y una muestra importante. No tanto por calidad, sino por cantidad. Aunque, para ser justos, su calidad nunca llegó a ser indigna, como algún otro u otros. Su lucha por el género fue lo suficientemente valiosa para que hoy se le pueda otorgar un puesto en el podio del terror español.
Ahora bien, hay que tener en cuenta algunas cosas esenciales sobre Jacinto Molina:
- Padecía de narcisismo patológico. Decir eso no es manchar su memoria, ni tampoco innecesario. Ese narcisismo fue el que le hizo luchar contra viento y marea, aunque afectó negativamente a su personalidad, y le hizo cometer muchas injusticias de palabra, obra y omisión.
Era absolutamente incapaz de reconocer el trabajo de sus compañeros de género, especialmente de los que tenían talento. Simplemente, no podía. No podía reconocer que Narciso Ibañez Menta ha sido el mejor actor de terror de habla hispana, o que su hijo Chicho fue un pedazo de director, o que Jordi Grau hizo una de la mejores películas de zombis de la historia, etc. Oirle comentarios despreciativos sobre "Pánico en el Transiberiano" simplemente lo descalifica (como opinador, no como creador).
-Ese narcicismo era doblemente doloroso cuando se refería a personas que le habían dado mucho. Duele, y mucho, escucharle decir con la boca chica que Leon Klimowsky fue, básicamente, un artesano, y otro tanto de Carlos Aured, Eguiluz, Aguirre y tantos otros.
-Con los citados pudimos ver las mejores películas en las que intervino Paul Naschy. Lo siento, pero todo ese ejercito de "seguidores" que cita como sus obras maestras "El retorno del hombre lobo", "La bestia y la espada mágica", etc, no hacen sino repetir lo que Paul decía en sus entrevistas (y creo haberlas visto casi todas): Es decir, que las que dirigió él fueron lo mejor de su producción. Y eso es rotundamente FALSO. Las dos de la saga Walpurgis fueron infinitamente mejor que las citadas. Y el jorobado de la morgue. Y el espanto surge de la tumba. Todas las de Klimowsky o Aured están en lo más alto de su carrera.
- Como actor era muy normalito. Aunque alguna actuación en concreto puede considerarse buena (dentro de los cánones de la época): En especial, hace muy buenos papeles en La Noche de Walpurgis y en El Jorobado de la Morgue.
- Como director no era bueno ni malo. Simplemente, no lo era. No tenía los conocimientos necesarios para crear una simple escena de suspense. Ni se le ocurría que su licántropo daría miedo si saliera de la oscuridad por sorpresa (algo que, por ejemplo, sí ocurría en El retorno de Walpurgis, de Carlos Aured).
-Como guionista, tampoco daba el pego. Su escritura de diálogos era ampulosa. Los personajes dicen cosas que jamás se dirían en la realidad. Como creador de historias, sí que era aceptable, sobre todo cuando se inspiraba en clásicos del terror. Un ejemplo muy claro es "El Espanto Surge de la Tumba", claramente inspirada en "La máscara del demonio" del gran Mario Bava.
No soy detractor de Paul Naschy. Tengo casi todas sus películas, y las veo a menudo, y muy a gusto. Pero eso no me obliga a tener que confesar que fue superior a los de su época, pues también tengo a los Ossorio, Eugenio Martín, Grau e incluso una suelta de Jesús Franco.
Simplemente, trabajó y luchó más que nadie. Pero no fue ni el único, ni el mejor, ni el primero. Que conste.