"Cena de Asesinos" es un despropósito de dimensiones míticas. Quienes la hayáis visto sabéis de qué hablo. Sin embargo, una vez que "entras" en ella, es imposible salir. Mis amigos y un servidor, la revisamos de vez en cuando, pero casi como si estuvieramos estudiando un temario de oposiones, porque es tan grande, que es imposible de describir... Hemos estudiado cada plano, cada diálogo y secuencia.
La trama (por llamarla de algún modo), versa sobre un hombre de negocios llamado Ross, cuyo hijo Marco muere víctima de una sobredosis de droga en una de las secuencias peor rodadas de la historia del cine. El padre, destrozado, se infiltra en la organización que distribuye la droga que mató a su hijo, los va eliminando uno a uno, por sí mismo y con la ayuda de cuatro casposos sicarios (Primera mitad de la película)
A continuación (segunda mitad de la película), Ross cita a los sicarios en una casa en medio de una isla (son las islas Medas y la casa una masia catalana, todo remontado para que parezcan tierras exóticas)y les comenta que quiere escribir una novela sobre sus experiencias como asesinos. No obstante, Ross sin venir a cuento decide cargárselos en un juego del ratón y el gato, deudor de "Diez Negritos". Tiene final sorpresa. Nada es lo que parece y todos los personajes tienen algo que ocultar.
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Jordi Dauder interpreta a Simón el marinero, colaborador de Ross, en un registro de villano sonrojante. Laura Conti, bellísima, morenísima y morbosa, es otra de las colaboradoras de Ross enseñando todo lo enseñable (al menos compensa el visionado) y al final, el propio Sebastià d'Arbó tiene un cameo.
Esta noche, me la pongo...