La escena de Frankenstein que comentas me parece gloriosa, pero no lo definiría como presencia del mal exactamente. El monstruo es repulsivo y tal, pero a mi siempre me inspiró compasión y miedo, pero no por malvado, sino por desbocado. Dracula si es malvado, y ese travelling es de lo que más me gusta de la versión de Browning: nos presenta a un vampiro tan refinado como decadente.
Propongo más ejemplos:
En El hombre y el monstruo, de Rouben Mamoullian:
Spoiler:
En La hora del lobo, de Ingmar Bergman:
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