Hay una plano magistral de LA COSA. El perrito, ya poseído, empieza a vagar por la estación, y la cámara lo sigue quedando a su altura. Por fin llega a una habitación, donde está su cuidador. El perrito entra, y la cámara se queda encuadrando la puerta semicerrada durante unos inquietantes instantes, antes de cortar.

El horror es lo que se oculta tras esa puerta, El Mal en estado puro...