Hay que decir que el Ayuntamiento de Castellar nos ha abierto las puertas con generosidad. Como siempre, será un rodaje intenso aunque muy, muy gratificante. Esta vez, se calcula que el corto ronde los 20 minutos, ya que el guión, el cual estamos retocando aún, obliga a ello. Será tan atmosférico como fuerte, e incluso se va a contar con el concurso de un especialista en caídas. Habrá sorpresas y se potenciará el aspecto visual.

Por cierto, los parajes elegidos son alucinantes, de fábula, y el entorno de Castellar es inmejorable para nuestra trama. Eso sí, un lugar tan alegre y turístico ha de convertirse en un entorno desolado, siniestro y apocalíptico.

El joven realizador, una vez más, está entusiasmado con el rodaje y, por mi parte, confío plenamente en él. Casi seguro que podréis ver el corto en una futura edición de 39 Escalones Films (que no adelanto pero que seguro agradará al personal), además de en los festivales. Lo que es un gran honor para todo el equipo.

Seguiremos informando, amigos.