Doy fe de ello. Es más, el primer día que quedamos para conocernos (¡en ECI, no podía ser en otro sitio, señores!), allí estaba Silver en plan guardaespaldas. Me miraba de reojo, a la espera de acontecimientos, hasta que también se presentó. Yo creo que temía que un servidor fuera una especie de vampiro que contaminara a su amigo. Al ver que en la cafetería no pedí una jarra de sangre humana, ya se quedó más relajado.![]()