Los fallos de racord, de continuidad y de script son pesadillas para los realizadores. Por eso el encargado del script debe anotar y fotografiar todo para que no se cuelen.
Por ejemplo, en un plano llueve, y en el contraplano no; en una toma el mar se ve azul, y en la inmediata se ve verdoso; un vaso está casi vacío y en el plano corto se ve lleno, etc. Como desde El acorazado Potenkim no se rueda de continuo, hay que considerar todo al milímetro.
Cuando visioné La Residencia junto a Chicho, me susurró que odiaba una secuencia en concreto al llegar a ella. Resulta que la Palmer se prepara una medicina en una copa y luego se lleva a los labios un vasito.
No hay película que no tenga un fallo de este tipo, y se suelen denominar fallos de racord. Las hay que son constantes.