Claro está. Yo por ejemplo, cada vez que me dicen que critican un libro mío en una conocida revista de cine (que no citaré), ya sé que me van a dar un palo, y ni siquiera me molesto en leerla (hablo totalmente en serio). Esa crítica no me dice nada, es previsible, y además sé quién la va a firmar; tampoco me vale la que me hacía mi señora madre cuando vivía, que no hacía más que ver cosas bonitas en mí (cuando en realidad encierro un diablo negro en mi interior ).