Pues yo me la veo casi sin respirar, como quien dice, como el que se bebe un vaso de agua.
Julio César es un peliculón, con un texto que es de las mejores obras de Shakespeare y enormes interpretaciones. Pero se hizo en dos días, con vestuario y decorados reciclados de Quo Vadis. Cleopatra tardaron cosa de dos años en rodarla, con todo hecho de nuevo -guión incluído, que se iba escribiendo sobre la marcha- y una cantidad enorme de trabajo -y problemas- detrás. Y es una de las películas más caras de la historia. Hacerla hoy, sería imposible por lo caro que sería. Aún gustándome mucho Julio César y teniendo la impresión de que Brando y Mason hacen las interpretaciones de su vida, yo me quedo con Cleopatra.
Me sorprende muchísimo ver que la gente menciona una y otra vez el Drácula de Coppola. No me malinterpretéis, creo que es una película bien hecha y que denota gran cantidad de trabajo e inventiva. Pero siempre me ha molestado su exceso de pretenciosidad. Tal vez porque nunca ha sido una de las películas de mi adolescencia, no me ha marcado demasiado, y en cambio, sí le vi enseguida sus defectos. Da la impresión de que Coppola mete muchas cosas raras simplemente por virtuosismo, o por lucirse. Sin duda que este Drácula tiene momentos sobrecogedores y deslumbrantes, pero también tiene muchos aturdientes. Por no hablar de sus numerosas contradicciones: quiere presentarse como la versión más fiel de Drácula, pero se toma bastantes libertades con respecto del texto original. Si yo tuviera que quedarme con un Drácula, sería con el Nosferatu de Murnau, sin duda. Aunque mi primera exposición al personaje fue el de Dan Curtis, en una remota y memorable sesión de cine de tarde allá por la sobremesa de un domingo en los ochenta. De ésas que ya no existen. Solían poner el Telediario y luego alguna serie de animación (los bodrios animados que hacen ahora, suelen estar confinados ya a canales temáticos) -David el Gnomo, Willy Fogg, Dartacán, Ulises 31...- y luego una película, con frecuencia, hecha para la tele. Pero buenas películas, no como los bodrios sobremeseros que dan ahora en A3 los findes. Era el momento en que tus padres se iban a dormir la siesta y podías ver cosas de mayores en la tele. Yo recuerdo ésa de Drácula y una que se llamaba Los niños de Stepford con las que pasé bastante miedo. Y últimamente un Drácula que está ganando para mí muchos puntos es de de John Badham, y mira que siempre he despotricado contra los Dráculas románticos. Hale, perdón por el rollo en plan abuela Cebolleta.