Las brujas de Zugarramurdi | Filmin
¿Álex de la Iglesia tras los pasos de Almodóvar? Es lo que parece, aunque cada uno, a su particular y distintiva manera. Si el director manchego nos brinda su particular antídoto para la crisis en forma de disparatada comedia que también supone el retorno a sus orígenes ochenteros, el realizador vasco hace lo propio con una salvaje comedia de acción que él mismo presenta como “una mezcla entre Los Goonies y La matanza de Texas orquestrada para divertir y entretener con algo desmadrado y absurdo”. Prácticamente lo que es.
¿De qué va?
Una banda de hombres desesperados deciden atracar una tienda de ‘Compro oro’ en plena Puerta del Sol de Madrid. Tras el espectacular robo llega la alocada huída en taxi que les llevará hasta los bosques de una Navarra mítica, tierra de aquelarres, en la que conviven tres generaciones de brujas que acogerán a los fugados y a los 25.000 anillos de oro robados.
¿Quién está detrás?
Uno de los grandes referentes del cine español, tanto para España como para el extranjero. Álex de la Iglesia no necesita de nuestra presentación.
¿Quién sale?
Tiene en Hugo Silva, Mario Casas, Carmen Maura, Terele Pavez y Carolina Bang como principales (y desternillantes) estiletes. En segunda línea de fuego, tal para cual, Pepón Nieto y Secun de la Rosa. Y la guinda, no podían ser otros, la ponen Carlos Areces y Santiago Segura. Todos ellos están invitados a la fiesta de Álex de la Iglesia.
¿Qué es?
El Álex de la Iglesia de "El Día de la Bestia" + el Álex de la Iglesia de "Balada triste de trompeta"
¿Qué ofrece?
Lo que empieza como el robo más frenético y escacharrante jamás contado, acaba en el cuento de brujas más desmadrado jamás imaginado. "Las Brujas de Zugarramurdi" conjuga al primigenio Álex de la Iglesia con la mejor versión posible que nos ha brindado su última etapa. La transgresión, el carisma y gamberrismo de "El día de la bestía" se dan cita con la escacharrante visceralidad y salvaje agresividad de "Balada Triste de Trompeta". Tan esperpéntica, excesiva y desmesurada, como potente, trepidante e inspirada, la última locura del icónico director de "Acción Mutante" arrolla con su delirante histrionismo, tomándose la simpática licencia de incidir permanentemente en la guerra de sexos desde la postura más políticamente incorrecta y disparatada posible. Y eso es una gran noticia, que De la Iglesia se tome todas las libertades que su iconoclasta imaginario le brinda, para no tomarse en serio y bordarlo con una película tan pasada de vueltas que le otorga esa implacable personalidad que tan bien distingue el lado bueno de su cine. Tanto, que incluso le perdonamos su innecesario y vulgar épilogo, entre otras muchas razones, por deleitarnos con un primer acto de infarto. Agárrense pues, que vienen curvas. Nuevo fenómeno de taquilla a la vista. Lo dicho, una gran noticia.
Nota: 7 / 10