Alex siempre ha sido igual, irregular y medio decepcionante, siempre prometiendo el gran peliculón y quedándose en medio de la nada. Si algo muestran sus pelis es que vive en su mundo, un lugar de referencias pop mezcladas con casticismo que forman su estilo, una especie de Almodóvar heterosexual y más intelectual. O entras en su mundo o nada. No hay medias tintas. Para entrar en el mundo de Almodóvar hay que ser un esteta amante del melodrama, postmoderno, sexualmente abierto y un poco petarda loca del coño. Para entrar en el de Álex hay que ser licenciado de universidad privada, un poco pajillero nostálgico, haber visto demasiado cine de género de los ochenta, principalmente, y que te la sude un poco todo. Ahí se van quedando, en su nicho extraño, haciendo pelis que la gente ve con una mezcla de expectativas eternamente frustradas e incredulidad divertida. En fin. Esta la veré cuando tenga un rato. Pero por la curiosidad de siempre, "qué habrá hecho ahora éste".