Tema: Las últimas pelis que has visto en casa

Iniciado por Alcaudón

¿El Spencer Tracy moderno?

Me parece que ya le ha dao el parraque. Habrá llamado ya con la medallita? :

Iniciado por mad dog earle

Para seguir poniendo el dedo en la llaga : solo tengo una película de Hanks en mi videoteca, Road to Perdition, una de las poquísimas que le he visto y que puedo decir que me ha gustado (otra, con menos entusiasmo, sería The Post, de Spielberg). Y, por favor, ¡no me volváis a salir con lo de que es el James Stewart moderno o no respondo de mí!

Verdad.

En mi colección de originales, solo tengo "La milla verde" en bluray y "The wonders" en dvd... aunque eso sí, he visto la mayoría de sus películas en tv y en cine.

Iniciado por Alcaudón

¿El Spencer Tracy moderno?

No le veo el menor parecido a Tom Hanks con el ilustre Spencer Tracy, pero nada...

No me refería al físico sino al tipo de personajes que suele encarnar.

Iniciado por Alcaudón

No me refería al físico sino al tipo de personajes que suele encarnar.

Iniciado por Alcaudón

No me refería al físico sino al tipo de personajes que suele encarnar.

Pues yo si le veo parecido con James Stewart. Me parece que representa muy bien al hombre íntegro, que no se doblega fácilmente. Tiene pelis como Forrest Gump, Philadelphia, Náufrago, Apollo 13 o por decir alguna última, esa maravilla que es Un amigo extraordinario, donde luce sus grandes virtudes. Siempre salvando las distancias, porque James Stewart solo ha habido y habrá uno, como pasa con Jack Lemmon, por ejemplo. Yo es que tengo debilidad por los actores que me hacen reír y llorar.

Iniciado por mad dog earle

Alcaudón, no estás solo. De Greengrass solo he visto El mito de Bourne, y tuve necesidad de tomar una biodramina para llegar al final. Como es natural, no he vuelto a intentar ver nada más de esa saga. La que comentas, el western con Hanks, me da cierta pereza, pero la tengo en mi lista de "a ver" de Netflix, aunque, como he repetido muchas veces, no comparto ese entusiasmo por el bueno de Tom.

Hanks en "Salvar al soldado Ryan" está inconmensurable. Y muy bien secundado por Tom Sizemore (¡qué buen intérprete había en su interior!)

Iniciado por mad dog earle

Para seguir poniendo el dedo en la llaga : solo tengo una película de Hanks en mi videoteca, Road to Perdition, una de las poquísimas que le he visto y que puedo decir que me ha gustado (otra, con menos entusiasmo, sería The Post, de Spielberg). Y, por favor, ¡no me volváis a salir con lo de que es el James Stewart moderno o no respondo de mí!

De ésa etiqueta hasta el bueno de Tom ha estado interesado en quitársela (Y Hanks conoció a Stewart), y yo afirmo que lo ha conseguido. Si es por etiquetas, hasta a Josh Hartnett le equipararon con Gary Cooper, y no (estas cosas hacen mucha pupa, es como elevar a un deportista a la cumbre en cunato empieza a hacer alguna proeza y la presión se vuelve en su contra).

Iniciado por Otto+

De ésa etiqueta hasta el bueno de Tom ha estado interesado en quitársela (Y Hanks conoció a Stewart), y yo afirmo que lo ha conseguido. Si es por etiquetas, hasta a Josh Hartnett le equipararon con Gary Cooper, y no (estas cosas hacen mucha pupa, es como elevar a un deportista a la cumbre en cunato empieza a hacer alguna proeza y la presión se vuelve en su contra).

¿Josh Hartnett equiparado a Gary Cooper?

Iniciado por mad dog earle

¿Josh Hartnett equiparado a Gary Cooper?

Subo la apuesta. Leonardo Dantés es como Bob Dylan Las comparaciones son odiosas

Iniciado por mad dog earle

¿Josh Hartnett equiparado a Gary Cooper?

Recuerdo haberlo leído en alguna ocasión... ¡no sé de que iluminado/a fue la idea!.

Iniciado por mad dog earle

¿Josh Hartnett equiparado a Gary Cooper?

But by spring of 2001, people were calling him "a throwback to the old Hollywood legends, a cross between Gary Cooper and Montgomery Clift." Josh Hartnett, they told us, "is going to be fucking huge."

Granted, the people in question were Pearl Harbor producer Jerry Bruckheimer and director/fuckinghugeness expert Michael Bay, respectively, but the impression stuck

Tratando de vender "Pearl Harbor" con anticipación a lo "Titanic" de Cameron.

REVISANDO CLÁSICOS: EL CINE DE AVENTURAS

o

QUIERO SER CALIFA EN LUGAR DEL CALIFA

o

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO

o

ARABIAN NIGHTS (1942, LAS MIL Y UNA NOCHES)



Director: John Rawlins.

Producción y distribución: Universal Pictures Company, Inc.

Productor: Walter Wanger.

Guion: Michael Hogan.

Diálogos adicionales: True Boardman.

Diseño de producción: Jack Otterson y Alexander Golitzen.

Decorados: R. A. Gausman e Ira S. Webb.

Fotografía: Milton Krasner, William V. Skall y W. Howard Greene, en Technicolor (1.37:1).

Música: Frank Skinner, dirigida por Charles Previn.

Montaje: Philip Cahn.

Reparto: Jon Hall (Haroun-Al-Raschid), María Montez (Sherezade), Sabu (Ali Ben Ali), Leif Erikson (Kamar), Billy Gilbert (Ahmad), Edgar Barrier (Nadan), Richard Lane (Cabo), Turhan Bey (Capitán), John Qualen (Aladino), Shemp Howard (Simbad).

Rodaje: del 29 de junio a principios de septiembre de 1942.

Duración: 1 h 26 m 33 s.

Estreno: 25 de diciembre de 1942.









- 4 nominaciones a los Oscar de 1943 (dirección artística, banda sonora, fotografía en color y sonido) -

La versión del famoso libro “Las mil y una noches” que en 1942 llevó a la gran pantalla la Universal fue la primera película de la compañía creada por Carl Laemmle rodada en Technicolor de tres tiras.

Habría que remontarse hasta 1930, con KING OF JAZZ, de John Murray Anderson (recientemente editada por la filial británica de la excelsa Criterion), para encontrar la última cinta que la Universal había rodado en color, aunque fuese en el más modesto Technicolor de dos tiras.



Igualmente LAS MIL Y UNA NOCHES fue la primera de las tres películas en las que trabajaron juntos los actores John Hall (1915-1979), María Montez (1912-1951) y Sabu (1924-1963) y que hicieron las delicias de los más pequeños tanto entonces como ahora.







Las otras dos serían LA SALVAJE BLANCA (1943), de Arthur Lubin y LA REINA DE COBRA (1944), de Robert Siodmak.





- Desde luego al pobre Siodmak le tocó bailar con la más fea (dicho en términos relativos) en sus primeros años de su estancia en el estudio pues igualmente se encargó de la tercera película que el mismo dedicó al personaje del Conde Drácula o sus descendientes – como es en este caso -, SON OF DRACULA (1943), encarnado por el dipsómano Lon Chaney, Jr. -

Por su parte Jon Hall y María Montez trabajaron juntos en otras tres películas también pertenecientes al género de aventuras: ALÍ BABÁ Y LOS CUARENTA LADRONES (1944), de Arthur Lubin (por lo que vemos un todoterreno puesto que el año anterior había sido elegido para rodar la primera película de terror de la compañía ¡en Technicolor!, EL FANTASMA DE LA ÓPERA (1943); ALMA ZÍNGARA (1944), de Roy William Neill y SUDÁN (1945), de John Rawlins, quien de esta forma cerraba el ciclo iniciado con la película hoy comentada.







A ellos se les uniría Turhan Bey (1922-2012), además de en esta película - donde tiene un pequeño papel -, en LA SALVAJE BLANCA, ALÍ BABÁ Y LOS CUARENTA LADRONES y SUDÁN.

Película de guante blanco de esas en las que no hacía falta preguntar quiénes eran los buenos y quiénes eran los malos, como hacíamos de niños a nuestros padres.



Ciertamente LAS MIL Y UNA NOCHES es un clásico muy menor del cine de aventuras, uno de los pocos géneros que prácticamente ha desaparecido en nuestros días (vamos, como el western), pero que se deja ver con sumo gusto y donde destaca por encima de todo la espléndida (y delirante) fotografía del neoyorquino Milton R. Krasner (1904-1988), eso sí, inmejorablemente acompañado por los especialistas y pioneros en el uso del Technicolor William V. Skall (1897-1976) y W. Howard Greene (1895-1956).





- Skall ganaría posteriormente un Oscar en 1949 por JUANA DE ARCO (1948), de Victor Fleming y Greene otro en 1944 por la mencionada EL FANTASMA DE LA ÓPERA. -

Por supuesto la espectacular fotografía en color fue nominada a los Oscar.

Destacar igualmente la labor conjunta de Otterson, Golitzen, Gausman y Webb que sería recompensada igualmente con una nominación.

Y también lo fue la bella (y envolvente) banda sonoro de Frank Skinner y el sonido, un aspecto que solemos obviar pero de capital importancia en una película. Y si no que se lo digan al cine patrio donde a veces haría falta la inclusión de subtítulos para entender lo que dicen los actores…

Si Jon Hall se hizo (relativamente) famoso por su papel en HURACÁN EN LA ISLA (1937), de John Ford (¡!) junto a la también exótica Dorothy Lamour (antes de que esta encontrara su lugar bajo el sol con cierta pareja de cuyos nombres no quiero acordarme…), la portorriqueña María Montez se convertiría en una de las reinas del Technicolor, junto a las más talentosas Yvonne De Carlo (1922-2007) y Maureen O’Hara (1920-2015).



- Curiosamente tal vez su mejor papel, aunque más bien secundario, lo tendría en la primera película de la etapa norteamericana del gran Max Ophüls (1902-1957), LA CONQUISTA DE UN REINO (1947), rodada en…

… ¡Sepiatone!.

Por cierto, varios compañeros estamos tanteando la posibilidad de abrir un hilo específico para el director alemán, al menos para comentar sus ocho últimas películas, las que van desde la arriba mencionada hasta LOLA MONTÈS (1955) y que incluyen algunas de las mejores obras que nos ha legado el Séptimo Arte. -

Sin embargo, el más popular del terceto no era ni Hall ni Montez sino Sabu, quien ya había protagonizado alguno de los más grandes clásicos del género bajo la égida de Sir Alexander Korda como REVUELTA EN LA INDIA (1938), EL LADRÓN DE BAGDAD (1940) y EL LIBRO DE LA SELVA (1942), todas ellas en rutilante Technicolor.



LAS MIL Y UNA NOCHE es una versión libre, como es lógico, del famoso libro, algo perfectamente asumible dado que el mismo ha llegado hasta nuestros días en múltiples versiones, unas más completas que otras.

En realidad la película es un divertimento muy liviano y en el que curiosamente se anticipa a la inminente moda de mezclar dos o más de los “monstruos” clásicos de la compañía, puesto que en la misma aparecen los personajes de Aladino (el fordiano John Qualen) y Simbad (Shemp Howard), quienes forman junto al orondo Ahmad (Billy Gilbert) un trío la mar de simpático.



- Recordemos que al año siguiente, o sea, en 1943, llegaría el primer cóctel de “monstruos” de la Universal, FRANKENSTEIN Y EL HOMBRE LOBO, de Roy William Neill, una película más interesante de lo que podría indicar su título, seguramente por el talento de su director que tiene al menos un clásico del género como HORROR EN EL CUARTO NEGRO (1935), con Boris Karloff en un papel doble. -

Una película que es un cuento dentro de un cuento puesto que la historia la narra el guardián del harén (por tanto, un eunuco…) a las doncellas que están bajo su custodia.



Una película donde dos hermanos, el bueno, el califa Haroun Al Raschid (Jon Hall) y el malo, el aspirante a ocupar su lugar Kamar Al Zaman (Leif Erikson), rivalizarán no sólo por el trono sino por conseguir el amor de la bella pero ambiciosa Sherezade (María Montez).









Pero será a gracias a la intervención del pequeño Ali Ben Ali (Sabu) que el primero podrá vencer en ambos frentes.



Por supuesto todo acabará como tiene que acabar, con el triunfo del bien sobre el mal y del amor sobre todo lo demás.



Ah, se me olvidó mencionar que Walter Wanger (1894-1968) (cuyo nombre aparecerá en repetidas veces en el rincón dedicado al director Fritz Lang), aunque era uno de los productores independientes más poderosos, a veces trabajaba a sueldo de los grandes estudios, como es el caso, eso sí, a cambio de un sustancioso sueldo y de un porcentaje en los beneficios netos de las películas en las que participaba.

Si uno tiene la oportunidad, como ha sido mi caso, de poder acceder a una copia impecable en HD el visionado de la película nos hace retrotraernos a nuestros días de la infancia, cuando todo era menos complicado y todos éramos más felices.

Buenas noches y, buena suerte.

Iniciado por Otto+

But by spring of 2001, people were calling him "a throwback to the old Hollywood legends, a cross between Gary Cooper and Montgomery Clift." Josh Hartnett, they told us, "is going to be fucking huge."

Granted, the people in question were Pearl Harbor producer Jerry Bruckheimer and director/fuckinghugeness expert Michael Bay, respectively, but the impression stuck

Tratando de vender "Pearl Harbor" con anticipación a lo "Titanic" de Cameron.

Lo más cerca a una estrella que estuvo Hartnett fue en la época de Las vírgenes suicidas o Black hawk derribado. Después, y salvo Penny Dreadful para la tv, apenas ha hecho nada reseñable. Cuánto daño hacen esas comparaciones, más odiosas que nunca, sobre todo a gente que le queda bastante por demostrar.

Gary Cooper, por favor

Debo ser la única, pero a mí Tom Hanks dejó de interesarme en cuanto empezó a hacer papeles "serios". Por más absurdas que fueran, guardo gratos recuerdos en familia con sus comedias de los 80 como "Esta casa era una ruina" o "No matarás al vecino"... Luego, cuando empezó con los dramas y Forrest Gumps varios se volvió un coñazo. Aparte de ciertos rumores bastante oscuros que circulan sobre su persona..., pero eso ya es otra historia.

Ayer, de nuevo vía Filmin, revisé Stand By Me de Rob Reiner. La vi entera por primera vez en 2011 así que no es de las que tengo mitificadas y tal (y ya no suelo hacerlo ni con las que vi de niño por un tema de salud y no mentirme ).

De nuevo me ha vuelto a encantar. Basada en una historia de Stephen King, The Body (me pregunto si el de mi firma se inspiró en ello para el episodio más duro de Buffy), con una adaptación a la limón entre los dos guionistas (y productores) y el propio Reiner, que no sólo aportó sus ideas (como basar la historia en Gordie) sino que fue clave con un casting que lo es TODO en esta película. Uno ya intuye que esos 4 niños deben ser más o menos así en la vida real (de Cory Feldman lo intuimos ya).

Wil Wheaton:

Rob Reiner found four young boys who basically were the characters we played. I was awkward and nerdy and shy and uncomfortable in my own skin and really, really sensitive, and River was cool and really smart and passionate and even at that age kind of like a father figure to some of us, Jerry was one of the funniest people I had ever seen in my life, either before or since, and Corey was unbelievably angry and in an incredible amount of pain and had an absolutely terrible relationship with his parents

Se percibe esa naturalidad (al parecer se utilizó la clásica estrategia de reunirlos semanas antes del rodaje para que se hicieran amigos) y autenticidad: especialmente en los personajes de Corey Feldman y sobre todo River Phoenix. Posiblemente el que más me impacta ya que como líder del grupo, de mala fama debido a su familia, y apariencia claramente fuerte y atlética (curioso porque poco después, ya adolescente, viró hacia esa imagen ya vista en Last Crusade, muy moderna en ese momento, casi fina, pre grunge), uno diría que debe ser rudo y tal. Y no. Es un líder que basa su participación en mantener unido al grupo, buscando siempre la paz entre ellos, zanjando cada disputa. Es sensible, atento, honesto y a la vez dotado de una extraña fuera para confiar en él.

El guión se aplica con esos pequeños momentos, de aparente poca importancia, en el viaje que marcarán esos 2 días como los más especiales de sus vidas hasta el momento (y quien sabe si para siempre). Los diálogos pecan, si eso, de pensamientos y expresiones que un niño de 12 años no diría. Sí en el caso de Vern y Teddy pero no en el de Chris y Gordie. Sin embargo los diálogos, aunque adultos, son tan buenos y los clavan (V.O. digo) de tal forma que te la suda todo.

Eso sí, el momento llorera de Wheaton me parece superior que el de Phoenix.

Le añadimos un rodaje que se beneficia de la menos conocida zona de Oregon (algo de California hay, claro), con un buen clima y sol que hasta lo notas, y todo el anclaje musical-estético de esa mitificación de los 50 que estuvi de moda en los 80 y ya lo tienes.

Eso sí... Dreyfuss.... Pocas veces digo tal burrada pero creo que en este caso podríamos cambiarlo por otro cualquiera y serviría. Tampoco es que sea nada más que una misma cara en el Land Rover y luego en el ordenador. Bueno, lo admito, es que esa voz nasal narrando la peli...

Synch, tienes un MP.

Iniciado por Synch

Eso sí... Dreyfuss.... Pocas veces digo tal burrada pero creo que en este caso podríamos cambiarlo por otro cualquiera y serviría. Tampoco es que sea nada más que una misma cara en el Land Rover y luego en el ordenador. Bueno, lo admito, es que esa voz nasal narrando la peli...

En los diarios de Andy Warhol hay un pasaje divertido en el que el artista habla de que vio la película y le encantó, pero se sintió muy defraudado al ver que el narrador, de mayor, "se convertía" en Richard Dreyfuss. "Si hubiera sido Richard Gere, habría salido mucho más contento", escribía Andy.

Stand by me, que siempre la conocí como Cuenta conmigo es una de las pelis de mi infancia-adolescencia. Porque ya tenía pelusilla cuando la vi alquilada de videoclub allá por 1988 o algo antes. La pilló mi hermano y sin embargo, me marcó muchísimo. Seguramente me veía reflejado en ese grupito de niños, heterogéneo pero compacto y unido en los momentos difíciles.
Cada vez que suenan los títulos iniciales y veo los paisajes rurales de la peli, se me humedecen los ojos. Malditas motas!!

Iniciado por tomaszapa

Lo más cerca a una estrella que estuvo Hartnett fue en la época de Las vírgenes suicidas o Black hawk derribado. Después, y salvo Penny Dreadful para la tv, apenas ha hecho nada reseñable. Cuánto daño hacen esas comparaciones, más odiosas que nunca, sobre todo a gente que le queda bastante por demostrar.

30 Días de oscuridad fue para Hartnett un pequeño título de terror muy malrollero nada desdeñable. Conoció una secuela que no he visto. Estaba bien en el film, pero lo que destacaba era la ambientación tan siniestra y la labor de dirección y montaje. Algunas secuencias ciertamente me resultaron truculentas, pero truculencia y suspense muy bien manufacturados. De los de agarrarte disimuladamente a los reposabrazos del sofá.

Sí. También participó en Sin city o El caso Slevin, películas con éxito y cierto predicamento. Pero ahí se diluyó, más allá de lo que comenté de la serie de tv. No ha llegado al estatus de estrella, ni por asomo.

Como no solo de Bergman vive el cine sueco, gracias a Netflix, y por razones que se me escapan, podemos hoy por hoy acceder a un buen número de films suecos, algo que no suele ser habitual. Dentro de la oferta de la plataforma disponemos de varias películas de algunos de los nombres más destacados de la cinematografía escandinava: los clásicos Victor Sjöström, Mauritz Stiller y Gustaf Molander, o los más modernos Bo Widerberg o Jan Troell, además de muchos otros.

Entre esos “muchos otros”, estos días veraniegos he estado viendo algunos films de un director que era para mí completamente desconocido: Arne Mattsson, autor de una amplia filmografía de alrededor de sesenta títulos. A juzgar por los cuatro films que he podido ver, su cine tiende a dedicarse al género de misterio o criminal.

Así (uso los nombres tal como aparecen en el catálogo de Netflix) Llega un invitado (Det kom en gäst…), de 1947, y When Darkness Falls (När mörkret faller), de 1960, son dos whodunits en blanco y negro, de argumento similar, que nos recuerdan las obras de Agatha Christie de Poirot o Miss Marple. En ambos casos una muerte viene a trastocar las pacíficas y hogareñas fiestas navideñas. En el primer caso, es la muerte del propietario de una importante hacienda, justo en el momento en que se planteaba su venta, por poco productiva, con la oposición de su hijo. Un invitado ajeno a la familia, el escritor Georg Essman (Sture Lagerwall, en quien los bergmanianos reconocerán al Pablo de El ojo del diablo) investiga la muerte, que pronto deja de considerarse accidental. De forma similar, en When Darkness Falls, también durante Nochebuena, un tendero aparece muerto de forma violenta. Esta vez es directamente el inspector Wijk (Karl-Arne Holmsten, actor presente en los cuatro títulos) quien lleva la investigación, cerrándola después de una sesión muy a lo Christie con todos los sospechosos, que son muchos, reunidos en el mismo lugar. Hay un buen trabajo de cámara y de iluminación, con unos repartos abundantes de actores para mí, en general, poco conocidos, y que cumplen con corrección.

Algo distintas son las otras dos películas, más cercanas a lo que fue el krimi alemán o el giallo italiano. Ambas corresponden a una serie de películas, con guion de Folke Mellvig y Lars Widding, que se centran en la figura del detective privado Hillman (el citado Holmsten) y su mujer, Kajsa (Annalisa Ericson), siempre acompañados, por desgracia, por su ayudante Freddy (Nils Hallberg), un innecesario alivio cómico que rompe la atmósfera de los films con sus tonterías. La dama de negro (Damen i svart) tiene cierto aire fantástico (lo que lo aproxima al krimi), ya que los crímenes se atribuyen, como el título indica, a una misteriosa mujer vestida de negro, con la cara tapada, ser legendario y al que vemos actuar en varias ocasiones a lo largo del film. Quizá el mayor interés de la película, al menos para los seguidores de Bergman, es que la fotografía corre a cargo de Sven Nykvist. El cuarto film, La maniquí roja (Mannekäng i rött) es quizá el más sorprendente, porque, por un lado, está rodado en color, un color saturado que ofrece unos rojos sangre de una gran intensidad, y, por otra parte, tiene muchos elementos que nos hacen pensar en un giallo avant la lettre: una modelo (esa “maniquí roja” del título) aparece apuñalada en el escaparate de una boutique, “La Femme”.



Su propietaria es una autoritaria mujer inválida, Thyra (Lillebil Ibsen), a la que siempre vemos acariciando un gato blanco. Más muertes seguirán a la primera, entre ellas la de Thyra en un incendio provocado. Los Hillman investigan el caso, en el que la herencia de Thyra parece ser el motivo del crimen, siendo sus posibles descendientes los principales sospechosos. El misterio de mantendrá hasta el final, que como es de esperar se cerrará con un imprevisto giro de guion. El color, las sombras, los maniquís, el puñal, dan densidad visual a un relato por lo demás poco inspirado o, para ser más exactos, muy irregular en el tono que Mattsson otorga a la trama.

Y para no quedarme con esta liviana propuesta cinematográfica, he visto también un drama de Victor SJöström, de 1918, film restaurado sin sonido: El forajido y su esposa (Berg-Ejvind och hans hustru), con el propio Sjöström como actor principal en el papel de Ejvind, un huido de la justicia (fue encerrado en prisión por robar una oveja a un pastor de la iglesia, para dar de comer a una familia necesitada), que encuentra acogida en la granja de la viuda Halla, una rica terrateniente, con la que hace buenas migas, tan buenas que, cuando es reconocido y ha de huir, la mujer lo deja todo y se marcha con él a las montañas. La película avanza con cierta morosidad, pero toda la parte final es espléndida. La pareja, que ha tenido una hija, recibe la visita de un antiguo amigo, Arnes, generándose una relación triangular que amenaza en acabar de forma conflictiva.



Pero cuando Arnes decide dejarlos para evitar males mayores, irrumpen en el agreste paisaje islandés el cuñado de Halla (y pretendiente desdeñado) con una partida de hombres para detenerlos. La pareja consigue huir, aunque se ven forzados a sacrificar a su hija. Los vemos años después, envejecidos y malhumorados, odiándose uno al otro. Pero el final, duro pero que parece inevitable, los vuelve a unir en su último aliento. Film de gran belleza, muy bien narrado por Sjöström, que sabe sacar un estupendo partido a los exteriores, y que consigue dar el máximo en el último tercio.

Seguiré investigando ese magnífico catálogo escandinavo de Netflix, donde, por cierto, no puede faltar un Dreyer, Prästänkan, o la versión sueca del drama que Dreyer convirtió en una de sus obras maestras, Ordet, de Gustaf Molander.

La loba humana (She-Wolf of London, 1946), de Jean Yarbrough



Hace unos días nuestro admirado Alcaudón, incansable desde que se ha instalado en su ático bilbaíno, nos regaló una sesión doble dedicada a los licántropos (complementando así su comentario de The Curse of the Werewolf, de Terence Fisher, publicado en el hilo de la Hammer). Su entusiasmo lobuno me ha llevado a hacerme con la novela de Guy Endore, que espero leer en uno de estos días estivales, y a revisar tanto Werewolf of London, de Stuart Walker, como The Wolf Man, de George Waggner. Reconozco que no tengo en demasiado aprecio el film de Waggner, aunque ocupa sin duda un lugar destacado entre los films de monstruos de la Universal, quizá porque Lon Chanet Jr. (acreditado aquí sin el Jr., lo cual es especialmente doloroso por comparación con su padre) me parece un pésimo actor, sobre todo en estos tiempos. Quizá con los años, su rostro envejecido y ajado por el alcohol le acabó modelando una máscara natural más creíble. Su hombre lobo es, por encima de todo, patético, y no solo porque lo sea el personaje (que lo es, normalmente, en todas sus variantes). Prefiero sin duda el film de Walker, mucho más bello y poético, con su nada disimulada aproximación al texto de Stevenson sobre el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, aunque el supuesto Tibet de las escenas del inicio del film cantan por soleares.

Para completar la revisión, he vuelto a ver la más olvidada probablemente de las películas sobre la licantropía de la Universal, la pariente pobre, esta She-Wolf of London dirigida por Jean Yarbrough. Yarbrough fue un modesto director de películas de serie B (lo supongo, porque en realidad solo he visto tres de su extensísimo catálogo), dedicado a la televisión a partir de los años 50. Aquí nos entrega una película que, más que a los otros films de la Universal sobre monstruos, me hace recordar los films producidos por Val Lewton para la RKO. Y en eso radica a mi modo de ver su gracia y su interés. Es cierto que no tenemos a Tourneur, Wise o Robson dirigiendo, ni a Nicholas Musuraca tras la cámara, pero, con todo, el film consigue cierto aire enfermizo y malsano, sin mostrar prácticamente nada, que crea la suficiente inquietud y extrañeza en el espectador como para garantizar una sugerente velada, mucho más si, siguiendo la máxima de Gracián, el metraje se reduce a una hora.

Reparto de actores poco o nada conocidos por sus nombres, aunque algunos de los rostros nos sean familiares (como el de Dennis Hoey, el inspector de policía), la película nos narra cómo una rica heredera, Phyllis (June Lockhart), se obsesiona en creer ser la mujer lobo que ha cometido diversos crímenes en la zona.



La trama acabará desvelando un caso más prosaico y humano de lo que se apunta inicialmente, pero lo hace dosificando los momentos de tensión y resolviendo el final con cierta elegancia. No es un gran film, pero si alguien se lanza a bucear en la filmografía licantrópica de la Universal, creo que vale la pena no olvidar este título.

Anoche revisé, de nuevo vía Filmin, My girl (1991). Esta la vi 2 (creo) veces en el cine, en su momento claro (la 2a vez era por motivos feminos ). Me niego a creer que no la haya visto desde entonces. Pero no me acuerdo. Casi que me la sé enterita, curioso.

Es curioso porque gustándome, y cascando ahí buena nota (para mí un 7.0 es eso, "buena"), creo que es un caso de suma de partes más que de conjunto. Es relajante ver a Dan Aykroyd y a Jamie Lee Curtis aportando, sobre todo, presencia en pantalla. Tampoco tienen espacio para mucho más. Sabemos más del personaje de Harry por la inesperadamente bonita escena con su hermano y Vada (inesperada porque al hermano aún lo conocemos menos) que por sus escenas; y Shelly, cuyo enamoramiento de Harry es algo rozando el larguero (que sí, que el amor y tal, pero joder que es la Lee Curtis... Es que lo suyo, años antes de que todo cristo vaya al gimnasio, haga cardio y coma los macros y micros y todo, ella tenía ese cuerpo y ese todo, inclusive esa cadencia en la voz, por la gracia divina de la genética... Joder que impone verla).

El asunto aquí está en Vada y en el acierto del fichaje de la casi debutante Anna Chlumsky (que aparece en mi adorada Halt and Catch Fire, también en Filmin), que lleva el peso de toda la película. El tema de niños e interpretación puede sacarme mucho de una película, pero ella tiene mucho carisma, es mona sin que eso parezca un concurso de belleza, saben jugar con el vestuario (aunque hay una escena rara, no sé si por alguna remasterización, que Shelly quiere maquillar a Vada pero la actriz ya va, claramente, maquillada ) y sobre todo catalizadora de todo lo que siente a una edad clave en la que está pasando de ser niña a, terror, la adolescencia.

En ello Thomas, con un Macaulay Culkin reposado, extrañamente adorable, es clave también. Su casi inversión de roles clásicos, siendo Vada la aventurera, líder, y él que necesita casi impulso para todo.

Por supuesto, más allá de un momento de pura comedia de oro cuando la abuela se pone a cantar en pleno funeral, es una película marcada por el giro que supone la muerte de Thomas (mi aplauso al director, Howard Zieff, por la toma del momento en que Vada se da cuenta: es un lloro casi congelado, realista, algo maduro, pero realista), y ese momento que te parte bastante:

Where are his glasses? He can't see without his glasses!

Y ya. Que si lo pienso le quitaría algo de nota (medio punto) pero no quiero.

PD: BSO de James Newton Howard. El que está en mil sitios pero no me acordaba.

Iniciado por mad dog earle

La loba humana (She-Wolf of London, 1946), de Jean Yarbrough
Hace unos días nuestro admirado Alcaudón, incansable desde que se ha instalado en su ático bilbaíno, nos regaló una sesión doble dedicada a los licántropos (complementando así su comentario de The Curse of the Werewolf, de Terence Fisher, publicado en el hilo de la Hammer). Su entusiasmo lobuno me ha llevado a hacerme con la novela de Guy Endore, que espero leer en uno de estos días estivales, y a revisar tanto Werewolf of London, de Stuart Walker, como The Wolf Man, de George Waggner. Reconozco que no tengo en demasiado aprecio el film de Waggner, aunque ocupa sin duda un lugar destacado entre los films de monstruos de la Universal, quizá porque Lon Chanet Jr. (acreditado aquí sin el Jr., lo cual es especialmente doloroso por comparación con su padre) me parece un pésimo actor, sobre todo en estos tiempos. Quizá con los años, su rostro envejecido y ajado por el alcohol le acabó modelando una máscara natural más creíble. Su hombre lobo es, por encima de todo, patético, y no solo porque lo sea el personaje (que lo es, normalmente, en todas sus variantes). Prefiero sin duda el film de Walker, mucho más bello y poético, con su nada disimulada aproximación al texto de Stevenson sobre el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, aunque el supuesto Tibet de las escenas del inicio del film cantan por soleares.

Para completar la revisión, he vuelto a ver la más olvidada probablemente de las películas sobre la licantropía de la Universal, la pariente pobre, esta She-Wolf of London dirigida por Jean Yarbrough. Yarbrough fue un modesto director de películas de serie B (lo supongo, porque en realidad solo he visto tres de su extensísimo catálogo), dedicado a la televisión a partir de los años 50. Aquí nos entrega una película que, más que a los otros films de la Universal sobre monstruos, me hace recordar los films producidos por Val Lewton para la RKO. Y en eso radica a mi modo de ver su gracia y su interés. Es cierto que no tenemos a Tourneur, Wise o Robson dirigiendo, ni a Nicholas Musuraca tras la cámara, pero, con todo, el film consigue cierto aire enfermizo y malsano, sin mostrar prácticamente nada, que crea la suficiente inquietud y extrañeza en el espectador como para garantizar una sugerente velada, mucho más si, siguiendo la máxima de Gracián, el metraje se reduce a una hora.

Reparto de actores poco o nada conocidos por sus nombres, aunque algunos de los rostros nos sean familiares (como el de Dennis Hoey, el inspector de policía), la película nos narra cómo una rica heredera, Phyllis (June Lockhart), se obsesiona en creer ser la mujer lobo que ha cometido diversos crímenes en la zona.

La trama acabará desvelando un caso más prosaico y humano de lo que se apunta inicialmente, pero lo hace dosificando los momentos de tensión y resolviendo el final con cierta elegancia. No es un gran film, pero si alguien se lanza a bucear en la filmografía licantrópica de la Universal, creo que vale la pena no olvidar este título.

Recuerdo que cuando la ví me pareció que tiraba más hacia el melodrama victoriano que a un típico filme de terror u horror de los producidos por Universal en los 40, pero me gustó...

Recuerdo perfectamente cuando mi hermana y yo vimos Mi chica en el cine. Fue en una de esas salas pequeñitas del Cine Alameda (hoy Teatro Alameda). Creo que fue a principios de julio, porque mi cumpleaños estaba cerca. En aquella época hacíamos doblete: compras en ECI (en esa época yo compraba mucha música) y sesión de cine.

Todo este rollo es para contar que Mi chica me hizo llorar. Y reír. Joder. Es que está tan bien hecha. Y como bien dice Synch, Anna Chlumsky fue todo un descubrimiento. Y pensar que tiene ya para 41 tacos. Realmente todo el elenco estaba fenomenal.
Y todas esas escenas son inolvidables. Como las citadas de la abuela cantando de repente, en uno de esos arrebatos mentales que le suceden. El momento triste total de la desaparición del muchacho, cuando hasta entonces la muerte parecía lejana para esos niños, y casi como un juego, como una aventura...

Por cierto, y como anécdota, puesto que he visto que en algunos países titularon esta película como Mi primer beso, decir que hicieron hasta 15 tomas del famoso beso entre estos protas jovencitos. Creo que fue el primer beso en pantalla de ambos.