Iniciado por
mad dog earle
Fin de semana de cine doméstico largo y variado, centrado en dos tipos de películas: films de animación y películas de distintas variantes de la ciencia ficción (de los monstruos a las distopías).
Vista dos películas de animación de Hiyao Miyazaki, con algunos años encima, que aún no había visionado. Una, Porco Rosso, me ha parecido una vibrante película de aventuras con piratas aéreos en el Adriático y misterioso cazarecompensas con aspecto… de cerdo, a causa de una maldición que no se acaba de explicar en ningún momento. La película me recuerda al cine de Howard Hawks e incluso, en su homérica pelea final, al John Ford de El hombre tranquilo o La taberna del irlandés. A retener una frase de Porco Rosso para la historia: “prefiero ser un cerdo que un fascista”.
La otra es Mi vecino Totoro. La empecé con cierta prevención porque parecía un film muy destinado al público infantil, pero al poco ya me había atrapado y fascinado. Ese mundo mágico de los totoros, habitantes del bosque que se aparecen a las niñas protagonistas a las que ayudan en su difícil día a día, condicionado por la enfermedad de la madre, me pareció de un encanto delicioso, con un toque amargo que impide la deriva hacia lo cursi o lo sensiblero. Algunos momentos (¡ese autobús con forma de gato!) me recordaron Alícia en el país de las maravillas. Espléndida.
Hubo una tercera película de animación, en este caso revisada por enésima vez: Bichos, producción Pixar de Lasseter y Stanton. De hecho, se trata de una adaptación no acreditada de Los siete samuráis de Kurosawa (o de Los siete magníficos, de Sturges): una pacífica comunidad de hormigas ha de acumular comida para satisfacer a una banda de saltamontes bandidos que viven a su costa (cuyo cabecilla habla con la voz de Kevin Spacey). Una de las hormigas, el inventor e inadaptado Flik, parte a la búsqueda de otros bichos que los defiendan. Por una confusión, cree que una pandilla de actores de circo (payasos, equilibristas, magos,…), particularmente inútiles y cobardes, son unos valientes guerreros. La confusión se desvanece en el peor momento, pero aun así, gracias al ingenio y a la toma de conciencia de toda la comunidad consiguen derrotar a los bandidos. Magistral en todos los sentidos.
Los de ciencia ficción (aunque la adscripción genérica pueda ser discutible) fueron: SOS: el mundo en peligro (The Island of Terror), uno de los films más torpes e indigentes del habitualmente interesante Terence Fisher. Parece un film hecho con cuatro cuartos, de escenarios limitados, que desarrolla un guion esquemático y poco elaborado. A pesar de todo, hay algunos buenos momentos, en especial un final que parece remitir a Los pájaros, de Hitchcock, aunque en lugar de aves hay unos extraños seres (bastante ridículos) que me recuerdan los blancmange de un sketch de los Monty Python. Sale Peter Cushing, que otorga su acostumbrada sobriedad y convicción al personaje.
Otro de los títulos fue The Host, film coreano de Joon-Ho Bong. Arranca muy bien, con la espectacular aparición del monstruo en un parque de Seul, con excelentes efectos especiales, pero luego el film avanza con cierta lentitud, con episódicas caídas de ritmo. Aun así, me parece un film disfrutable.
Por último, V for Vendetta, de McTeigue, adaptación de la novela gráfica de Alan Moore (que no aparece acreditado) y de David Lloyd. Aunque presenta diferencias respecto al cómic, me parece que conserva buena parte del carácter subversivo de la obra original. Interesantes los vínculos que se establecen con “El conde de Montecristo”, de Dumas (incluso se ilustra con el film de 1934, de Rowland V.Lee).