Estoy en parte de acuerdo con lo que comentas. Es muy importante sentarse delante de una historia libre de prejuicios, y créeme, yo así lo hago. Quizás no me he expresado bien en mi anterior comentario, no me importa lo más mínimo de donde provenga ni de donde bebe el resultado final proyectado en una pantalla. Si le doy mucha importancia al tratamiento que se le da, lo que ofrece el director en última instancia, en un medio diferente.
La película en si me gusta, pero le pido más, le exijo más a alguien como Polanski. El tempo teatral es el que es, y si entras en la obra te lo crees totalmente, pero el ritmo cinematográfico es otro. Lo que funciona muy bien en la obra teatral, no lo puedes reflejar igualmente sin ninguna adaptación al medio en el que estás y esperar que yo me lo crea de la misma manera.
Indudablemente la satisfacción de cada uno con el producto consumido puede verse alterada por numerosas causas. Pero claro, lo que a mí particularmente hace que en ciertos momentos de la historia me pare a pensar en el porqué de esa “causa” a otros les pasara inadvertida o les parecerá perfecta.
Un saludo.