Sin duda, para mí ese clima que describes se refleja a la perfección en Taxi Driver. Si hay una figura cinematográfica que simbolice los 70, es sin duda Travis Bickle.
Sin duda, para mí ese clima que describes se refleja a la perfección en Taxi Driver. Si hay una figura cinematográfica que simbolice los 70, es sin duda Travis Bickle.
Pero no dejemos todavía los 60. Si hemos comentado que quizá la película por la que debe ser más citada Jean Seberg en las historias del cine es A bout de souffle, al año siguiente Godard cambió su encantadora presencia por otro rostro más joven (y quizá más bello, en todo caso fascinante sin duda), el de Anna Karina, la que fue su esposa durante varios años. La película, rodada en 1960, aunque no se estrenó hasta 1963 a causa de la censura, es El soldadito (Le petit soldat).
Si hablamos del cine o de la cultura en general, y en parte de la política, de los 60, Godard, sin duda, ocupa un lugar central, independientemente de que nos gusten o no sus películas. Por ejemplo, esta que comento es un ejercicio de aproximación al cine de espías, político, tan sui generis como lo era al cine negro A bout de souffle, tanto una como otra inspiradas directamente del cine norteamericano de serie B. Tenemos todos los elementos característicos de ese primer cine godardiano, y por extensión de muchos films de eso que se vino a llamar nouvelle vague, etiqueta (volvemos a lo de las etiquetas) que si tuvo nunca algún sentido fue precisamente en esos primeros años de los sesenta. En un blanco y negro lechoso, fotografiado por Raoul Coutard, como la anterior, y como otros títulos del suizo y de Truffaut (por ejemplo, la celebérrima Jules et Jim), asistimos a un argumento confuso, filmado con urgencia (montaje rápido, barridos de cámara, reencuadres, planos largos siguiendo a los personajes, fijación por los rostros, en especial por el de Anna Karina, de la que la cámara parece enamorada... y el director, que se reserva un cameo, también). Como gustaba hacer Godard, la película tiene una insistente voz en off (afortunadamente, no la del director), la del protagonista, Bruno (Michel Subor), lo cual seguro que facilitaba el rodaje (al prescindir en muchas secuencias del sonido director) y permitía construir o darle densidad al relato con libertad precisamente mediante esa voz del narrador. Voz que, como también era habitual, carga el discurso de constantes referencias culturales (pintura, literatura, cine: incluso hay un momento en que se parafrasea el famoso diálogo nocturno entre Vienna y Johnny Guitar) y, en especial en una larga secuencia hacia el final, de contenido político, donde se mezcla la actualidad (el contexto es el de la guerra de Argelia, que fue el motivo de la censura) con una serie de opiniones heterodoxas que parecen chocar con las citas de Lenin o Mao que aparecen a lo largo del film.
Bruno es un agente francés que parece trabajar en Ginebra para una oscura red de espionaje, de carácter más bien ultraderechista, preocupada por eliminar a un individuo (algo que da pie a una secuencia final que nos puede recordar el film de Wenders, Der amerikanische Freund). Bruno ha de llevar a cabo el asesinato, pero antes conoce a una modelo, Véronica Dreyer (Anna Karina; obvia la referencia cinéfila que incorpora el apellido de la joven), que resultará una cómplice del FLN (el partido argelino que lideraba la lucha contra la metrópolis). Uno tiene la sensación de que a pesar de todas las citas y las referencias políticas, y aun sabiendo la deriva de Godard de finales de los 60 hacia un cine militante de raíz maoísta, aquí toda esa confusa trama política no es más que un MacGuffin, y que lo que le interesa en realidad es filmar a la actriz y crear una iconografía que va a ser característica del heterodoxo e iconoclasta pop de los sesenta. Algunos ejemplos:
Hay referencias a la guerra civil española y Godard no se corta a la hora de mostrar las torturas a las que es sometido Bruno por los agentes del FLN, momentos especialmente desagradables.
Aunque el cine de Godard suele resultarme cargante (y esta no es una excepción), creo que vale la pena dedicarle la atención, porque su influencia fue enorme y, si hacemos caso a buena parte de la crítica que todavía alimenta la teoría de la política de los autores, barco de batalla de Cahiers du Cinema, todavía lo es. Como mínimo, cualquiera de sus proyectos (aún continúa activo a los 89 años) no deja indiferente nunca.
Desde luego. Adoro esa película y esa estética de la ciudad de mis sueños. Este verano pasado tuve por fin la oportunidad de visitarla, junto a mi hermana. Andar por Manhattan de noche, comprobado, es un auténtico placer.
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El soldadito la tengo pendiente. Tengo esta edición que apareció aquí en BD de Divisa
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Es la que he visto yo, pero en DVD. No sé si estás muy puesto en el cine de Godard, pero si no, advierto que no es un cineasta fácil, porque todo lo que en los 60 era innovador, rompedor, provocador, hoy puede parecer pedante, juicio que, aunque no estaría exento de algo de razón, no deja de ser injusto. No eran iguales los ojos de los cinéfilos de los 60 que los actuales, y eso vale también para, por ejemplo, Antonioni, a quien me gustaría dedicarle pronto un hilo específico.
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Quizá empezaría con El desprecio y Pierrot el loco, que además están rodadas en color y cinemascope. Pierrot el loco destaca, precisamente, por el uso de los colores, y El desprecio por las referencias cinéfilas (y la presencia perturbadora de una Brigitte Bardot espectacular). En El desprecio aparece Fritz Lang interpretándose a sí mismo, y en Pierrot el loco, Samuel Fuller, a quien, por cierto, espero mañana dedicarle un comentario. Si pasas la prueba, Alphaville es un curiosísimo film de ciencia ficción (tan sui generis como el que he comentado hoy), en blanco y negro, con la presencia de todo un ídolo de la serie B de los 50 y 60, Eddie Constatine (acompañado por Anna Karina).
Quien guste de las pelis de secuestros/desapariciones, creo le podrá gustar Hounds of Love, para muchos de lo mejor del festival de sitges 2017.Para mí, es una película ACOJONANTE, eso sí, es fuerte,ojo, más por lo que se intuye que por lo que muestra.
Os dejo sipnosis y criticas:
Sinopsis
Vicki Maloney es secuestrada en la calle por una pareja desequilibrada. Según va observando la dinámica de la relación, se da cuenta de que debe generar un conflicto entre ellos para sobrevivir.
Críticas
"Los espectadores valientes serán recompensados, si esa es la palabra, con un viaje desgarrador que pasa del terror discreto a un inquisitivo estudio de personaje y vuelve otra vez a lo primero"
Eddie Cockrell: Variety
"Se beneficia del control impresionante del aspecto visual para generar suspense y de las punzantes actuaciones de su valiente reparto, abanderando a Young como un talento al que ver"
David Rooney: The Hollywood Reporter
"'Hounds of Love' demuestra que Young es un cineasta al que seguir, aunque él no es lo único que sobresale en esta película"
Sarah Ward: Screendaily
"Es la más rara de las bestias cinematográficas: un debut en la dirección que no sólo no tiene defectos en su tono sino que consigue reimaginar radicalmente un nuevo género."
Marc Savlov: Austin Chronicle
"Es una demostración del entendimiento preciso que tiene Young de la mecánica de las narraciones basadas en la tensión"
Jessica Kiang: The Playlist
"Su autor tiene gran ojo para la composición y un acercamiento temerario a la narración."
Brian Tallerico: rogerebert.com
"Una película que difícilmente se puede considerar de género, pero que a la vez es posiblemente la más aterradora –y con la escena más angustiosa del año. (...) su aproximación a la violencia y la locura no resulta para nada gratuita, y en términos cinematográficos es un debut deslumbrante."
Gonzalo Curbelo: Diario La Diaria
“You can’t speak, you can’t move, but this opens you up to the influence and it breaks down your defenses. Trust me, all right? You’re going to love it.”
CLÁSICOS DEL GÓTICO BRITÁNICO:
JACK THE RIPPER (1959), producida, dirigida y fotografiada por Robert S. Baker y Monty Berman.
- Versión norteamericana -
Mid-Century Film Productions Ltd. / Regal Film International Ltd.
Guión: Jimmy Sangster, a partir de una historia original de Peter Hammond y Colin Craig.
Dirección artística: William Kelner.
Música: Stanley Black / Jimmy McHugh y Pete Rugolo (copia norteamericana).
Reparto: Lee Patterson (Sam Lowry), Eddie Byrne (Inspector O’Neill), Betty McDowall (Anne Ford), Ewen Solon (Sir David Rogers / Jack el Destripador), John Le Mesurier (Dr. Tranter), George Rose (Clarke).
THE FLESH AND THE FIENDS (1960, LA CARNE Y EL DEMONIO), dirigida por John Gilling.
- Versión continental -
Triad Productions Ltd. / Regal Film International Ltd.
Productores: Robert S. Baker y Monty Berman.
Guión: John Gilling y Leon Griffiths, a partir de una historia original de John Gilling.
Dirección artística: John Elphick.
Fotografía: Monty Berman (en Dyaliscope).
Música: Stanley Black.
Reparto: Peter Cushing (Dr. Knox), Donald Pleasence (William Hare), June Laverick (Martha Knox), Dermot Walsh (Dr. Geoffrey Mitchell), Renee Houston (Helen Burke), George Rose (William Burke), Billie Whitelaw (Mary Patterson).
-
A la hora de encarar esta reseña me gustaría que nos centráramos básicamente en cuatro nombres: los de los productores Robert S. Baker (1916-2009) y Monty Berman (1913-2006), el del guionista Jimmy Sangster (1927-2011) y el del director/guionista John Gilling (1910-1984). Podría mencionar un quinto, el inmarcesible Peter Cushing (1913-1994) pero es un nombre lo suficientemente conocido y admirado como para prescindir elegantemente de él.
Los dos primeros formaron en los años ’40 su propia compañía de producción y aunque no se especializaron en el género fantástico y/o de terror sería en esta faceta donde conseguirían sus mayores logros.
Y aunque normalmente suele considerarse como la cara B (usando un símil discográfico que seguro que será del agrado del melómano tomaszapa ) de la más prestigiosa (y exitosa) Hammer, lo cierto es que sus propuestas solían ser más heterodoxas (y osadas) que las de la compañía fundada por James Carreras y William Hinds (lo que tampoco implica necesariamente que fuesen mejores).
Era muy común que los más audaces Baker y Berman rodaran simultáneamente dos versiones, una más comedida (para el mercado británico) y otra más atrevida (para el mercado continental) donde el público masculino (se entiende) podía recrearse en los cuerpos (semi)desnudos de las figurantes.
Lo siento, es la versión británica.
Como además había que contar con el mercado norteamericano, mucho más refractario al tema de los desnudos que al de la violencia (¿?), tendríamos que hablar entonces de tres versiones: la británica (original), la continental (también original) y la norteamericana (alterada).
Títulos de crédito de la versión original.
Títulos de crédito de la versión norteamericana.
Por ejemplo, en el caso de JACK THE RIPPER, adaptación libre de las andanzas del más famoso asesino en serie en el Londres de 1888, la copia vista esta noche es la norteamericana y donde además de desaparecer las escenas “eróticas”, se alteró la banda sonora original (como se haría posteriormente con las obras del maestro Mario Bava) y se incluyó al inicio un prólogo narrado y al final un plano en color (que no existía en la copia original). Y lo cierto es que la cosa no le salió nada mal al (temible) distribuidor/productor Joseph E. Levine puesto que la película resultó un enorme éxito en las taquillas de dicho país.
Con guión del hammeriano Jimmy Sangster (que ya tenía en su currículo títulos hoy míticos como THE CURSE OF FRANKENSTEIN (1957, LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN), BLOOD OF THE VAMPIRE (1958, LA SANGRE DEL VAMPIRO), DRACULA (1958, DRÁCULA) y THE REVENGE OF FRANKENSTEIN (1958)) estamos ante una ingeniosa variación del tema del Destripador y donde, tal vez por primera vez, se utiliza el argumento de que el causante de muertes tan atroces fuese un médico cirujano que buscaba vengarse por la muerte de su vástago debido a su relación sentimental con una prostituta.
Aunque la película juega con la posibilidad de que hasta tres de los personajes que aparecen en la misma sean el tan traído asesino y a veces se centra en exceso en las pesquisas policiales en las que colabora un agente venido de las colonias (un Sam Lowry de desnortado tupé) lo cierto es que el trabajo del tándem Baker/Berman es francamente notable, moviendo la cámara con elegancia por ese Londres de sempiterna niebla y buscando las angulaciones (esa herencia expresionista del cine alemán) cuando aparece la figura del Destripador.
Un Destripador que al contrario que como aconteció en realidad primero suele asfixiar a sus víctimas para después usar su habitual escalpelo (aunque aquí parece más un (pequeño) cuchillo de cocina) con el que destrozará el cuerpo de sus víctimas (aunque hay que reconocer que la violencia gráfica, aun siendo superior a la de su competidora, tampoco es especialmente desagradable).
Un asesino que además (y al contrario de nuevo que la realidad) acaba muriendo aplastado por un ascensor que lleva el cadáver de su última víctima (aquí no sólo mueren prostitutas sino también algún varón que se interpone en el camino del criminal) mientras trata de huir de la policía. Ese plano final en color donde la sangre del Destripador sale por las rendijas del suelo del elevador no deja de tener una cierta carga simbólica.
Por el contrario, la copia de LA CARNE Y EL DEMONIO es la versión continental y podemos degustar en todo su esplendor las núbiles carnes de las jóvenes actrices que aquí ejercen el oficio más antiguo de la humanidad…
Al contrario que en la película anterior donde el reparto era competente pero sin ningún nombre de relumbrón aquí tenemos un actor de la categoría de Peter Cushing (para el que esto suscribe el mejor dentro del género fantástico) que aquí encarna al igualmente (aunque por distintos motivos) conocido doctor Knox quien en el Edimburgo de 1828 tuvo que recurrir a los infames Burke (un repulsivo George Rose) y Hare (el habitualmente histriónico Donald Pleasence) para poder tener un suministro continuo de cadáveres para poder dar sus clases de anatomía a los futuros licenciados.
Atípicamente rodada en Scope (en este caso el más económico Dyaliscope – y no Dylascope como incorrectamente se indica tanto en los títulos de crédito como en los carteles con los que se publicitaba la película - ) dado que tanto en Reino Unido como en el continente lo más habitual era el formato panorámico (usualmente 1.75:1) y en un prístino blanco y negro (al igual que en JACK THE RIPPER – y al contrario que en la delirantemente cromática LA SANGRE DEL VAMPIRO - ) John Gilling, más conocido por sus trabajos en la Hammer tanto en su faceta de guionista como en la de realizador (su primer trabajo dentro del género sería la atractiva – y desconocida – THE SHADOW OF THE CAT (1961)) brilla tanto en la elaboración del libreto como en la puesta en escena usando para ello la anchura del formato para disponer los figurantes en los extremos del encuadre.
Al igual que en JACK en LA CARNE asistimos a la doble moral que imperaba en la sociedad británica de la época donde mientras la plebe malvivía en sórdidas moradas y carecía de los mínimos recursos como para atender sus necesidades y la de sus familiares, las élites disfrutaban de todos los privilegios de clase incluidos aquellos relacionados con sus escapadas a los antros donde podían satisfacer por un módico precio sus apetitos.
Un doctor Knox que se ve impregnado del magnetismo de un Peter Cushing que ya había encarnado magistralmente al barón Frankenstein en un par de ocasiones, dos figuras que presentan números puntos de contacto.
Al igual que Frankenstein Knox utilizará todos los medios posibles (lícitos o no) para ampliar el conocimiento del cuerpo (y el alma) humana. Son dos personajes refractarios a la caduca moral victoriana (o germana en el caso del barón) para los que cualquier medio es legítimo si es fin es mejorar a la humanidad (aunque en el caso de Frankenstein el asunto es más complejo).
Ese Edimburgo donde los brutales Burke y Hare desarrollaron su actividad y que no se diferencia del Londres de la anterior cinta, es un lugar donde prima la pobreza (física y moral) de sus habitantes y donde a nadie le importa que de vez en cuando alguno de sus sufridos habitantes dejen este valle de lágrimas aunque no sea por iniciativa propia.
Frente a la forma de actuar siempre firme pero tranquila del gran Peter Cushing, el trabajo interpretativo de los dos ladrones de tumbas tiende más al trazo grueso aunque tanto Rose como Pleasence componen unos villanos arquetípicos y se complementan a la perfección uno y otro (Hare parece quedar siempre en un segundo término y prefiere que su colega haga los trabajos sucios aunque disfruta igualmente del buen hacer de su compañero).
Un vez sale a la luz toda la trama de corrupción y muerte la suerte de los implicados será diversa. Mientras que Burke pagará con su vida en el patíbulo Hare será exculpado aunque a la salida de la comisaría será el propio pueblo el que se encargue de él dejándole ciego. Por su parte el doctor Knox aunque repudiado en un principio por la comunidad médica (aunque luego será absuelto gracias a la intervención de su ayudante, el doctor Mitchell (Dermot Walsh) – enamorado de la pupila de Knox - ) podrá seguir imperturbablemente con sus clases (siempre repletas – es un excelente orador, como el Dr. Jekyll de DR. JEKYLL AND MR. HYDE (1931, EL HOMBRE Y EL MONSTRUO) - ). Distinta vara de medir, sin duda, puesto que lo que determina la carrera de Burke y Hare será el lucrativo negocio que les supone el bien remunerado oficio de surtir de cadáveres al estoico Knox.
Resumiendo, dos excelentes obras del mejor cine de terror británico y que demuestran que no sólo de la Hammer vivía el espectador ávido de sustos de la época.
Y, por cierto, la primera película enlazaría con la tercera película de cierto director británico del que unos amigos están tratando de desentrañar todas sus claves.
Feliz tarde/noche y cuidado con las sombras que acechan en la oscuridad.
Última edición por Alcaudón; 20/05/2019 a las 23:23
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Lo peor de todo es que el tal Dr. Knox existió realmente ...
"There is an inmense joy when you suddenly discover beauty in something that has been around you for ages".
"Waving the flag with one hand and picking pockets with the other: that's your patriotism. Well, you can have it." Alfred Hitchcock's Notorious.
"Listen to them... Children of the night! What music they make..!"
Y Jack también.
Por cierto y como podéis comprobar así como he conseguido unas excelentes imágenes para acompañar al texto de la primera no he tenido igual suerte con la segunda.
Voy a tener que aprender a hacer mis propias capturas.
IT FOLLOWS no me gustó demasiado (estéticamente si me pareció atractiva) pero la disfrute mucho más que LO QUE ESCONDE SILVER LAKE que me pareció horrible y, sobre todo, aburrida.
Los comentarios últimos me han incentivado a volver a ver (por sexta vez):
SUSPENSE (1961) de Jack Clayton
Una institutriz empieza a trabajar para el cuidado de dos pequeños hermanos (niña y niño) en una mansión en el campo, donde las apariciones espectrales de unos fallecidos antigua institutriz y un criado empiezan a enturbiar el ambiente y srmbrar el terror.
Obra Maestra del género Terror, y adaptación del más potente y siniestro (y más largo: unas 140 páginas) de los relatos de fantasmas de Henry James, con un argumento muchas veces visto luego (en confesas adaptaciones, curiosas variaciones o cosas como "LOS OTROS (2001)"). La adaptación aquí sigue con bastante fidelidad el texto original, salvo (por destacar algo) que el relato -no la película- comenzaba con el clásico recurso de reunión nocturna junto al fuego que da pie al comienzo de la narración por parte de uno de los invitados. Y el film potencia la existencia del subtexto del relato original (pero sin hacerlo explícito, eso buscarlo en alguna otra "adaptación", como "LOS ÚLTIMOS JUEGOS PROHIBIDOS (1971)" de Michael Winner) ya desde el propio principio, con los créditos iniciales, la canción y el propio título -el original- de la película, que es "THE INNOCENTS", cambiando por justa conveniencia el del relato, que era "OTRA VUELTA DE TUERCA", que también tiene su miga. Jack Clayton, realizador de otros estimables films, algunos relacionados con la infancia y otros puros dramas del Free Cinema inglés; ayudado por un genial y férreo guión en el que Truman Capote volcó y explotó a fondo la carga psicológica, represiva y sexual subyacente, con aportación también de William Archibald y John Mortimer (el último responsable de alguna fascinante frase como la de "habitaciones a plena luz del día, como bosques oscuros"); entre todos consiguen un tono de intencional cerebral y sublimación de la historia cargando (aún) más las tintas en la significación dual, en la depuración de la narración, personajes, y (los más mínimos) detalles y situaciones, perlando el desarrollo de figuras y elementos alegóricos. La protagonista es Deborah Kerr y los niños complementan su psique. Aparte del aspecto discursivo (no muy aparente, habida cuenta que -al menos en mi circulo- el 80% de los que la han visto no perciben en ella más que "aparecen unos fantasmas y ya está", alguno tuerce algo la ceja con "el beso" pero no le da mayor importancia ) lo visual y el trabajo del elenco actoral no van a la zaga: la fabulosa, de un crudo y simultáneamente espectral blanco & negro, fotografía de Freddie Francis, casi es la estrella de la función, y aparte las soberbias interpretaciones de TODOS los actores, incluidos –o especialmente- los niños Martin Stephens y Pamela Franklin. Y para redondear la EMHO perfección del conjunto, la puesta en escena de Clayton, atenta a la significación tanto de los diálogos como de la composición de plano y montaje, es alucinante y rara de ver. Por lo demás, y para quien aún no la conozca, se podría decir que el film parece más un sobrio y descarnado drama claustrofóbico upset, que lo que muchos pueden esperar de “una de fantasmas”, pero la densa atmósfera y las apariciones fantasmagóricas son de tal contundencia espeluznante e imperecedera imaginería, que todos los resquemores se pueden disipar incluso entre ese sector de la afición, el de las emociones fuertes (y el impresionante climax final es pura emoción fuerte).
Última edición por Frank Zito; 21/05/2019 a las 16:13
Cuatro propuesta “etiquetables” como serie B:
Noches peligrosas (Highways by Night, 1942), de Peter Godfrey. Godfrey, director británico afincado en Hollywood, tiene films más logrados que este, en especial Las dos señoras Carroll (con Humphrey Bogart, Barbara Stanwyck y Alexis Smith) y La mujer de blanco, adaptación de la popular novela de Wilkie Collins. Esta Noches peligrosas es una mezcla de comedia y cine criminal: un joven millonario, Tommy Van Steel (Richard Carlson, actor demasiado blando a mi parecer), tiene abandonado el negocio familiar e incluso su vida social, enfrascado todo el tiempo en sus cálculos e inventos. Espoleado por su tío, saldrá a ver mundo y como si fuera el Sullivan del film de Preston Sturges, el contacto con las dificultades cotidianas en la vida de una familia dedicada al negocio del transporte, y amenazada por unos mafiosos que quieren controlar el sector, lo va a cambiar para bien, a lo cual contribuye de manera especial la hermana del camionero, Peggy (Jane Randolph), que también se arremanga cuando hace falta. El film no tiene demasiada enjundia, aunque se ve con ligereza (a lo cual ayuda su corta duración, poco más de una hora), pero si lo quería destacar es porque, ahora que estamos iniciando la revisión de la obra de Hitchcock en otro hilo, hay una secuencia que podría haberla filmado (seguro que mejor) el maestro inglés. Tommy ha de ingeniárselas para escapar con vida del local de los mafiosos para lo cual se sirve primero de la actuación de un prestidigitador y después provocando una trifulca en la pista de baile. Es fácil pensar en películas como Con la muerte en los talones (en la subasta) o Cortina rasgada (en el teatro) y alguna más. Como secundarias aparecen la gran Jane Darnell, como la madre de Peggy, y la esposa del director, una sofisticada Renee Godfrey.
El monstruo de otro planeta (20 Million Miles to Earth, 1957), de Nathan Juran, aunque los mayores méritos del film se los lleva, como es habitual en estos films con animación stop motion, Ray Harryhausen. Un cohete tripulado cae al mar junto a la costa de Sicilia. Unos pescadores van al rescate de los astronautas, uno de los cuales sobrevive, el coronel Calder (William Hopper). Un muchacho encuentra en la playa un recipiente que contiene algo que la nave ha traído desde Venus (¡ahí es nada!), una especie de larva de la que surgirá un ser de aspecto reptiliano con la propiedad de crecer a un ritmo vertiginoso. Pronto se movilizan la policía y el ejército italiano, supervisados por los norteamericanos, para capturar al “monstruo”, lo cual da lugar a momentos que nos recuerdan la mítica King Kong. Como en aquella, la bestia (aquí sin romance zoofílico por en medio) acabará abatida por las armas humanas, aunque en esta ocasión se sustituye el Empire State Building por el Coliseo romano (al parecer Harryhausen insistió en el rodaje en Italia… porque quería ir de vacaciones). Simpática, bien resuelta en general por Nathan Juran, que colaboraría al año siguiente con Harryhausen en la deliciosa Simbad y la princesa.
El terror de los Tongs (The Terror of Tongs, 1961), de Anthony Bushell. Producción de la Hammer, en color, rodada en abigarrados y coloristas decorados que representan Hong Kong en 1910. Un barco de carga llega al puerto, comandado por el capitán Sale (un soso Geoffrey Toone). Uno de los pasajeros es asesinado solo desembarcar por un conjurado Tong, una secta criminal que domina la ciudad. Pero antes, ha conseguido pasar a Sale, sin que este se dé cuenta, una lista con los nombres de los miembros de los Tongs (entre los cuales, Chung King, un chungo capitoste con el rostro de Christopher Lee, más tieso que un palo de escoba, que comentó que el maquillaje que necesitó fue el más incómodo de su carrera… entre otras cosas porque tenía que disimular el moreno que traía de vuelta de vacaciones en Italia). Esa lista va a involucrarlo, de manera involuntaria, en el conflicto que se vive en la ciudad portuaria. La película no pasa de un entretenimiento ligero de sábado por la tarde y programa doble, aunque hay algunos detalles especialmente morbosos, no aptos para todos los públicos (en especial, el asesinato de la jovencísima hija del capitán y una tortura a la que es sometido el capitán Sale consistente en perforarle los huesos hasta llegar a la médula). Acompaña y ayuda a Sale una sirvienta china, Lee, interpretada por la actriz francesa Yvonne Monlaur, que parece puesta solo para lucir tipito.
El kimono rojo (The Crimson Kimono, 1959), de Samuel Fuller. De Fuller tendremos que hablar in extenso en otra ocasión. Creo que es uno de los claros candidatos a que revisemos su obra (por otro lado no muy extensa, 22 largos si no he contado mal), como lo fue Ray, junto al cual a menudo es citado (y que compartieron reparto en Der amerikanische Freund, de Wenders). Todo lo que era romanticismo violento en Ray, en Fuller es violencia a secas. Sus películas suelen ser cortantes como una navaja, tanto por sus argumentos (Fuller solía ser el autor de los guiones de sus películas, como en este caso) como por su manera de filmar: montaje a hachazos, barridos de cámara, ritmo endemoniado. Quizá por ello fue un director muy respetado por los directores de los nuevos cines de los 60, con los de la llamada nouvelle vague a la cabeza (recordemos que Fuller aparece en Pierrot el loco, donde suelta una frase que sintetiza su cine: “Film is like a battleground. There's love, hate, action, violence, death... in one word: emotion”), ya que su manera de filmar huía, por gusto o por necesidad, del cine mainstream. El tema de la película se las trae: una bailarina de striptease es asesinada en su camerino. Dos policías de Los Angeles (es en cierto modo lo que luego se llamaría una buddy movie), que fueron compañeros en Corea, llevan la investigación: Charlie (Glenn Corbett, en su debut) y Joe (James Shigeta, también debutante), el cual tiene la particularidad de ser un nisei (o sea un japonés nacido en Estados Unidos). Buena parte de la acción se desarrolla en el barrio nipón, Little Tokyo, y el tema del racismo estará flotando en todo momento durante la película, en especial cuando aparezca Chris (Victoria Shaw, que no debutaba pero casi), una pintora que es testigo esencial en el caso. Ambos compañeros y amigos, casi hermanos, van a experimentar una fuerte rivalidad cuando los dos se enamoren de Chris. Será entonces cuando los prejuicios raciales saldrán a la luz (y Fuller ni los disimula ni nos ofrece una resolución condescendiente). Magnífico film criminal que, mira por donde, no merece en imdb la etiqueta de film noir. ¿Por qué? A destacar la presencia de la fordiana Anna Lee en la excelente interpretación de una pintora alcohólica. Firma la fotografía, estupenda, Sam Leavitt, responsable de films tan destacados como Ha nacido una estrella, de Cukor, El hombre del brazo de oro y Anatomía de un asesinato, de Preminger, o El cabo del miedo, de J.Lee Thompson.
De Nathan Juran, a parte de "Simbad y la princesa" encuentro interesante "la gran sorpresa", una mas que interesante sci-fi, aunque se le nota un poco el cartón piedra, pero es muy entretenida, no recuerdo si Harryhausen está a cargo de los FX.
Y sobre Sam Fuller, pues me acabo de anotar las pelis que me faltan en la libreta freak, por lo que veo "sólo" tengo 8 pelis suyas:
-Casa de bambú, la
-Casco de acero (The steel hemlet)
-Corredor sin retorno (shock corridor)
-Diablo de las aguas turbias, el (hell and high water)
-Kimono rojo, el
-Luz en el hampa, una (the Naked kiss)
-Manos peligrosas (Pickup on South Street)
-Uno rojo división de choque (the big Red one)
De las cuales he visto "uno rojo...." me encantó, y aún me encantó más "manos peligrosas" con un Richard Widmark a gran nivel, cine negro de alto nivel (vaya, creo que es cine noir, aunque no apostaría). Y "casco de acero", esta no me entusiasmó tanto. Evidentemente estoy dentro en la revisión de Fuller, eso si un poco a mediano y largo plazo, para ponerme en versión recolecta.
Noches peligrosas está basada en un relato corto del escritor Clarence Budington Kelland, titulado Silver spoons.
Kelland también había sido responsable de un relato, Opera hat, que sirvió de base para el guión de El secreto de vivir, de Frank Capra. Estupenda película, por cierto, que le supuso el segundo Oscar a mejor director para Capra.
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Ésa de los anglochinos la vi no hace demasiado, y me parece que ni siquiera la comenté. Me pareció básicamente un Fú-Manchú de marca blanca, para pasar una o dos siestas.
Desconocía el detalle del maquillaje de Lee . Y mira que lució maquillajes chungos en su carrera, como el Monstruo de Frankenstein o la momia Kharis ...
Última edición por Jane Olsen; 21/05/2019 a las 22:04
"There is an inmense joy when you suddenly discover beauty in something that has been around you for ages".
"Waving the flag with one hand and picking pockets with the other: that's your patriotism. Well, you can have it." Alfred Hitchcock's Notorious.
"Listen to them... Children of the night! What music they make..!"
Muy buena película de tensión /suspense.Muy buena atmósfera y una tensión que va "in crescendo" para terminar en un climax formidable.
Sinopsis
Will y Eden perdieron a su hijo años atrás. La tragedia afectó su relación de forma irreversible, hasta el punto de que ella desapareció de la noche a la mañana. Un día, Eden regresa a la ciudad; se ha vuelto a casar y en ella parece haber cambiado algo, convirtiéndola en una presencia inquietante e irreconocible incluso para Will.
"Un thriller tenso que casi no desperdicia ni un solo paso."
Kevin Jagernauth
[IndieWire]
"Una efectiva película de terror a pequeña escala."
John DeFore
[The Hollywood Reporter]
"Un thriller juguetón y eficaz que construye un notable nivel de tensión (...) Este ejercicio bellamente modulado y con unas buenas interpretaciones representa el mejor trabajo del director Karyn Kusama en años."
Justin Chang
[Variety]
"Una película tensa y elegante que trata a sus espectadores como adultos (...) la habilidad de Kusama para hacer que la acción resulte muy realista, es digna de encomio (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)"
Jordan Hoffman
[The Guardian]
"Aunque de alguna manera obstaculizada por su irregular reparto y su reducido presupuesto (...) Kusama logra esquivar sus limitaciones de producción (...) la pelicula, funciona"
Manohla Dargis
[The New York Times]
"Kusama ha compuesto su mejor película (...) el hiperrealismo de los sonidos crea unas sensaciones de irresistible poder hipnótico. La invitación es una espeluznante obra sobre la nueva religión."
Javier Ocaña
[Diario El País]
"Thriller tan inquietante como juguetón (...) en la mejor tradición del thriller negro, enmarcado por impactantes escenas de suspense. De una incomodidad creciente. (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)"
Salvador Llopart
[Diario La Vanguardia]
"Tramposa, y algo torpe (...) no es ninguna maravilla (...) pero juega algunas de sus cartas de forma inteligente, logrando por momentos una atmósfera opresiva."
Pablo González Taboada
[Cinemanía]
"Una de esas películas que se disfrutan en el engaño (...) El muestrario de trampas, de «síes y noes», de falsas pistas y de, en fin, juego, es muy entretenido, aunque no sé si suficiente (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)"
José Manuel Cuéllar
[Diario ABC]
"Construye un clima enrarecido y ominoso como pocas películas actuales lo hacen. (...) Es imposible ver 'The Invitation' sin dudar de todo, sentir algo de miedo y disfrutar de no tener idea de lo que puede pasar al final."
María Fernanda Mugica
[Diario La Nación]
"Es un juego macabro y efectivo que funciona muy bien durante gran parte de sus cien minutos."
Diego Lerer
[MicropsiaCine.com
“You can’t speak, you can’t move, but this opens you up to the influence and it breaks down your defenses. Trust me, all right? You’re going to love it.”
Hace ya tiempo que vimos en casa La invitación, y la verdad es que es una pelicula muy recomendable. Una tensión que va en aumento, pero sin esos sustos fáciles o saltos repentinos de guión barato. Una película inteligente, que serenamente te va poniendo incómodo hasta que va cogiendo velocidad de vuelo en la segunda parte. Unos actores muy eficientes y una historia muy atractiva. Realmente merece la pena. Además, de las que da para reflexionar.
Mi blog: www.criticodecine.es