No me atraía demasiado y, pese a ser fan de Roy Scheider, no ha sido hasta esta semana que he visto The French Connection por primera vez. Mi instinto me ha guiado bien y me ha ocurrido lo mismo que con Bullitt (1968): se me ha hecho algo pesada, me ha costado mantener la concentración y seguir la trama. Luego, a los personajes de Gene Hackman y Scheider los he hallado sobreactuados, sobre todo al primero; no así a Fernando Rey, el mejor, un traficante con clase al que, yo al menos, he deseado que se saliera con la suya y escapara con el dinero.
Aprobado y punto. Para ver; no para aplaudir. Ya me pondré con la segunda parte.
De William Friedkin y Roy Scheider me quedo con Sorcerer (1977).