Adoro el cine infantil, y hoy en día acudo a verlo en la cartelera tanto como lo hacía de niño, que mis padres me llevaban poco al cine.

Es más, me considero aún un niño en cuerpo de efebo. Con esto, y sin tanto tocho, te diré que NO hablo del comportamiento de un niño de 13 años, sino del comportamiento de un niño de 13 años en determinada circunstancia. Si el comportamiento del niño en determinada circunstancia se altera en pro de las risas, está muy bien, pero lo malo es que se altere en pro de las risas con BOBADA de por medio. Y un ratito aguanta, el resto empalaga. La aventura no me la creo y los personajes me parecen imbéciles, con un rollo yankee que a mí me tira para atrás. Eso me ocurre, no porque no vea nada con el careto de un niño (que lo hago frecuentemente), sino porque la comedia me parece una pantomima. Un divertimento de usar y tirar que no defiende nadie a día de hoy que no sea de la generación. Y es curioso, ¿eh?

La forma de rodarla? Bueno, hay cierto oficio ochentero, pero nada más allá de lo anecdótico, y con un contenido que es, en mi opinión, deplorable. No me hace la más mínima gracia y cosas como la camiseta de Superman creo que, como ya vi antes, explican la película.

A ti te hace gracia y a mí no, y eso no ha de llevar un discurso pedagógico para la defensa.

Un saludo.