Cita Iniciado por juan miguel Ver mensaje
Bueno. Ayer fue una noche en la que el cine dio asco, pero asco del bueno. Asco del que te dan ganas de vomitar y echar toda la mierda que llevas dentro.
Los actores españoles de la ceja, callados como auténticas putas durante los nefastos años de Zapatero, volvieron a dejar ver usando la tele como mitin político......
He tratado de agradecer tu post 73 veces, pero el sistema no me deja hacerlo más que una vez.
Un resumen perfecto del estado de la cuestión.

Si alquien quiere ir de "crítico social" o político por la vida, lo primero es ser consecuente y ser crítico de verdad. Creo que ahora mucha gente se está dando cuenta de que ciertos sectores críticos sólo lo son con "la camiseta" puesta de su partido o del partido al que defienden. ¿Es lícito? supongo que sí, cada cual es muy libre de decir lo que quiera y cuando quiera, faltaría más. Lo que pasa es que se pierde "crédito" en la crítica.

Es como el "humorismo" político. Un buen humorista hace escarnio y saña de todo. Cuando los chistes van siempre en el mismo sentido, pierde hasta la gracia. Porque, pienso yo, había chistes muy buenos de gasolineras, o de hipódromos, o de zapatillas para buscar casa, o de... Y sin embargo no se le ocurrían a ningún mago del humor (o maga). Lo gracioso es lo de los "sobres". Pues sí, lo de los sobres tiene su miga y se puede explotar para sacar chistes, pero si no son capaces de encontrar cosas para "hacer reir" en 8 años de gobierno soe es que no son muy buenos humoristas.

Es que hasta para eso somos chuscos. Copiamos el estilo de presentador/cachondo americano (Crystal, Goldberg, ...); pero se nos olvida que a esta gente la adoran precisamente porque reparte estopa para todos lados; ahí está su gracia, que no dejan títere con cabeza y no se escapa ni el del carrillo de los helaos (republicano, demócrata, mediopensionista, cineasta, músico, lo que sea...). Y hasta los propios criticados se ríen (porque además los chistes son muy buenos y los cuentan con gracia y mala leche, como debe ser).

Una reflexión para estos poetas de la "cultura". No se si se dan cuenta de que éllos mismos, ellos solitos, se encargan de echar de las salas de cine a media españa. Creo que no lo piensan, o si lo piensan les da igual. Encima, a la otra media españa, a la que no echan de los cines por su "discurso", resulta que sus pelis no les deben de gustar mucho... Y al final, entre los que no aguantan el 90% de las películas de esta troupé porque las consideran malas o aburridas, y los que ni siquiera vamos a comprobar si son malas o buenas porque no soportamos la "pose" de los que las hacen, así va el panorama...

Hace un tiempo, hablando vis a vis con uno de estos reivindicativos de temporada, me decía que, como espectador, yo no debía mezclar la política y el cine; me lo decía en mi cara, con todas las palabras. "Tienes que ir a ver la peli, y disfrutarla independientemente de cuestiones ideológicas o políticas". Y yo le daba la razón. El problema, que traté de hacerle ver y que no conseguí hacerle ver, es que quien mezcla arte y política no soy yo, sino EL. Cosa añadida es que la película trate de demostrar que yo, mi madre, mi padre, y muchos amigos mios, somos unos cabrones, unos fachas recalcitrantes y unos intolerantes; se supone que la película, encima, me tiene que gustar.

Este año, la verdad, es que se lleva la palma. La crítica de la Sra. Peña, con carácter retroactivo pero mirando al presente, ha sido realmente de fábula.

Pero en fin, ahí queda su crítica: En la España del Psoe (que gobernaba en España y en Cataluña en 2010, aquí además con otros aliados de izquierda), su padre murió en un hospital público donde no había mantas ni agua. Pues así te van a dar tus colegas mucho trabajo, sí, pero por los cojones. Yo creo que ni pensaba lo que decía. Le faltó rematar diciendo: ahora, con la privatización de hospitales, esto gracias a dios ya no pasa. Si añade esto último, mañana la llaman para protagonizar una trilogía, mínimo.