Tras un comienzo que parece casi más un acto masturbatorio que otra cosa, estirando algún que otro plano o diálogo hasta la extenuación, Tarantino nos regala una nueva cuasi-obra maestra, menos accesible que Django y creo que, en parte por ello, mejor.

El subtexto que yace detrás de este juego de desconfianzas y traiciones es más sutil, y ese final lleno de cinismo y mala uva creo que es lo mejor que ha rodado este hombre.

Ahora, por partes:

Dirección haciendo uso de todos los recursos posibles, volviendo a la estructura episódica con flashback incluído, enorme. Además, me encanta ese uso de primeros planos en algunos diálogos, cuando nos da información de los personajes, apelando al espectador para que entre en el juego que Tarantino propone y busque al culpable entre ese grupo de hijos de puta.

El guión, pues a su nivel, lo cual siendo su mayor virtud no suele bajar del notable. Bien es cierto que a veces los diálogos se alargan es exceso como si el propio Tarantino se regodeara en ellos, pero nada grave.

Interpretaciones, enormes casi todos ellos. Y digo casi porque Madsen y su personaje están un poco desdibujados respecto del resto. El personaje de O.B. es muy secundario, así que no le doy mayor importancia. Samuel L. Jackson se come la pantalla y no vería injusta su nominación al Oscar (su discusión con Dern y su monólogo sobre la carta de Lincoln son de lo mejor de la película). Russell destila carisma, Goggins es un actorazo (más papeles de relevancia como este a de ya por favor), así como Leigh y Dern.

La fotografía, una puñetera pasada, por momentos da la sensación de que esa cabaña es enorme y se va empequeñeciendo a medida que nos acercamos al desenlace, haciéndola más y más opresiva (aunque no demasiado debido al tono que el propio Tarantino le imprime al relato)

Banda Sonora sublime, creo y deseo que gane el Oscar, Morricone lo merece.

Por encima de Django, y algo por debajo de los Bastardos. Le casco un 9.