He aquí dos visiones de dos cineastas distintos sobre la misma novela y su proceso de adaptación cinematográfica incidiendo en el aspecto visual. Creo que es un documento interesante y que quizá a alguien pueda clarificarle el proceso de creación cinematográfica.

Os animo a comentarlo y por qué no, a que mostréis vuestra visión en la forma que más os guste

[hr:b6d98d8133]

LOS PILARES DE LA TIERRA, de David Lean (1991).

Argumento: La construcción de una catedral gótica en la Inglaterra del siglo XII, tierra asolada por el hambre y la guerra.

Intérpretes: Liam Neeson (Tom Builder), John Malkovich (Philip), Conde Bartholomew (Sean Connery), Remigius (John Hurt), Obispo Waleran (Malcolm McDowell), Jennifer Connelly (Aliena), Sean Bean (William Hamleigh).

Guión: Robert Bolt, basado en la novel de Ken Follett.

Director de Fotografía: Chris Menges (Technicolor, 65mm Super Panavision)

Banda Sonora: Maurice Jarre.

Diseño de producción: John Box.

Duración: Tres partes de 200 minutos.



Habla David Lean:

Sobre la novela:

"Lo que más me atrajo del libro de Ken Follett era cómo la historia que narra se va sucediendo en el tiempo, de generación en generación. El tiempo narrativo siempre ha sido una obsesión en mis películas, quizá porque inicié mi carrera en el mundo del cine como montador y aún cuando ruedo una de mis principales preocupaciones a la hora de conseguir las tomas es cómo se unirán unas con otras".
Sobre la adaptación:

"Robert Bolt ha realizado un trabajo maravilloso con el guión. La novela original tiene más de mil páginas de extensión y un gran número de personajes. Decidimos eliminar a algunos y condensar otros por motivos de agilidad narrativa, pero creo que la base del libro sigue completamente intacta. Desde el principio tuvimos muy claro que este era un film de personajes y que la catedral, su construcción y las guerras eran secundarios. Desarrollando los personajes la catedral se construye sóla".
Sobre los decorados y localizaciones:

"John Box es el mejor diseñador de producción que existe. Tiene una enorme capacidad para recrear mundos. En esta ocasión, además, todo fue más fácil; tuvimos que rodar la mitad de Lawrence de Arabia en España, mientras que allí rodamos casi por completo Doctor Zhivago ante la imposibilidad de rodar en Rusia. Pero esta vez podíamos rodar en los campos en los que se inspiró Follett y pudimos construir numerosos platós aquí en Londres para recrear los interiores del monasterio, de la catedral y de las casas de la ciudad. Creo que el resultado te transporta literalmente a la edad media"
Sobre la fotografía:

"Siempre tuve claro que esta película debía de rodarla un inglés. Elegí a Chris Menges porque siempre me ha apasionado su trabajo. Creo que de la nueva generación de directores de fotografía ingleses es el de mayor talento. Chris proviene del documental, y su trabajo para Roland Joffé en Los Gritos del Silencio y La Misión ya le revelaba como alguien perfecto para una película con una gran abundancia en localizaciones tanto interiores como exteriores, dotándolas siempre de un aspecto muy natural":
Habla Chris Menges:

"David siempre tuvo muy claro que esta película debía de rodarse en 65mm. Podríamos haberla rodado en 35mm y haber conseguido igualmente una imagen panorámica utilizando lentes anamórficas, pero David pretendía que el espectador se sentase en el cine y que tuviese la impresión de estar mirando por la ventana... y sólo la nitidez y claridad de los 65mm permite eso. Al principio tuve mis dudas porque los equipos de dicho formato son mucho más grandes y pesados, y además requeríamos un gran trabajo en localizaciones, rodar en invierno con días cortos... pero el resultado hace que el esfuerzo merezca la pena.

En exteriores siempre que fue posible evitamos la luz del sol. En Inglaterra eso normalmente es una ventaja, pero cuando tienes un ejército de extras vestido con sus trajes de guerra y da la casualidad de que sale el sol es algo muy duro... parar la producción es algo realmente caro y muy pocos directores están dispuestos a esperar a que aparezca o llegue la nube. David, por suerte, es un cineasta con una tremenda inclinación por lo visual. Sabe qué le puede dar la luz. Por eso creo que la película tiene una gran consistencia; siempre que hubo que esperar esperamos o se buscó otra manera de hacerlo.

Los exteriores tienen un aspecto sucio, frío y muy desapacible. Deliberadamente evitamos tonos de color demasiado intensos y restringimos la paleta de color al máximo, de manera que sólo se aprecian azules y una escala de grises. Además queríamos que los negros fueran muy negros, muy profundos. Así llega un momento en que todo se confunde y el cielo no se distingue del barrizal que hay en el suelo ni este de los harapos de la gente.

Rodar en 65mm fue muy beneficioso para los interiores porque al utilizar lentes esféricas pudimos trabajar a grandes aberturas de diafragma sin que la imagen se distorsionara como ocurre con las lentes anamórficas. Intenté iluminar los interiores diurnos casi siempre hasta f/4 para evitar problemas con la profundidad de campo, con luces HMI colocadas en el exterior de las ventanas y muy poca luz de relleno porque queríamos mucho contraste. Las escenas nocturnas fueron más complicadas porque queríamos que las antorchas dieran la sensanción de ser la principal fuente de iluminación. Para ello tuvimos que trabajar en ocasiones a f/2 y hacer algo de relleno con linternas chinas. Así conseguimos que al contrario que los exteriores estas escenas nocturnas fueran cálidas, como si el hecho de transcurrir en interiores cerrados hiciese que los personajes se sintieran más seguros.

Podríamos haber trabajado con niveles de iluminación aún más bajos, pero ya que rodábamos en 65mm evitamos utilizar la emulsión (Kodak) 5296 de 500 ASA más que en situaciones de emergencia y en algunos planos con teleobjetivos en las batallas... Todos los exteriores se rodaron con la 5248 (100 ASA) -evitando colocar el filtro 85B para ganar en exposición y favorecer el tono azulado pese a la corrección del laboratorio- y los interiores en la 5293 (200 ASA). Queríamos un grano ultrafino. Por suerte, David tiene una gran inclinación hacia los grandes angulares (que en 65mm son el 40mm y el 50mm), lo que favoreció a la hora de evitar problemas de enfoque.

Creo que el resultado está conforme a lo que quería David; imágenes épicas pero a la vez sucias y realistas y yo me siento muy orgulloso de mi trabajo. Ahora sólo espero que sea del agrado de Freddie (Young)".
Fuente: British Cinematographer, diciembre 1991.

[hr:b6d98d8133]

LOS PILARES DE LA TIERRA (2008)

Producida y dirigida por Ridley Scott.

Escrita por David Franzoni y William Monahan, basada en la novela de Ken Follett.

Diseñador de producción Arthur Max.

Director de fotografía Derek Vanlint, BSC. (Super 35, Technicolor).

Banda Sonora de Hans Zimmer.

Montaje de Pietro Scalia.

Intérpretes: Russell Crowe (Tom Builder), Eva Green (Aliena), Colin Farrell (William Hamleigh), Jason Isaacs (Obispo Waleran), Ewan McGregor (Philip).


Habla Ridley Scott:


Sobre la novela:

“La novela de Ken Follett es apasionante. Aunque la historia transcurre durante varias décadas y en ella aparecen decenas de personajes, el centro neurálgico de la misma es la catedral. Todo gira en torno a su construcción. Los buenos, los malos, todas las intrigas tienen relación directa con ella. Además, la descripción de la época que hace me resulta muy interesante. La propia catedral y cómo avanza su construcción ya de por sí es fascinante. Pero lo es más aún la vida de las gentes, su día a día y cómo una mala cosecha o un capricho del señor feudal podían acabar con la vida de las personas. No es una novela exenta de sexo y violencia, y mi idea era trasladar todo ello a la gran pantalla”.

Sobre la adaptación:

“David Franzoni y William Monahan son dos grandes conocedores del periodo histórico y por eso quise contar con ellos desde el primer momento para escribir el guión. Condensar una novela de tanta extensión en un guión cinematográfico es siempre problemático, sobre todo por la longitud temporal de la historia, el espacio en que se desarrollan los hechos y el número de personajes importantes en la trama. El libro carece de un protagonista claro y a la hora de trasladarlo a la pantalla hemos decidido dar primacía a los personajes de Tom y Philip, puesto que son los personajes más activos y los que sirven de nexo de unión entre unos y otros. William, por otra parte, es un personaje extraordinariamente complejo. Su maldad no es sólo superficial. Su definición es clave a la hora de comprender sus acciones y para ello era esencial realizar una descripción de su entorno, del por qué de sus acciones.”

Sobre el diseño de producción:

“He trabajado con Arthur Max durante los últimos años y a la hora de realizar este film fue el único diseñador que tuve en mente desde el principio. La reconstrucción de una época es quizá lo más fascinante para un cineasta. Para ello nos hemos documentado a través del arte y de la arquitectura del siglo XII. Creo que hemos visitado todas las grandes catedrales de Inglaterra y Francia para impregnarnos de su ambiente y sentirnos como un habitante de la Edad Media ante tales construcciones. Hemos tomados cientos de detalles de ellas, aunque los puristas dirán que no nos hemos ajustado estrictamente al período histórico. La propia catedral también era un problema. No resultaba viable construir un decorado colosal con una catedral a medio construir en estilo románico para posteriormente construirla en estilo gótico. Además, hay que tener en cuenta que en aquella época las construcciones no eran como las de hoy en día y que una cabaña no iba a estar en el mismo lugar durante 30 años. Por eso construimos las secciones inferiores de la catedral en cada una de sus versiones y las calles de las ciudades fueron alteradas como si fueran un puzzle. Así economizamos costes y resultó mucho más práctico completar el decorado con efectos digitales”.

Sobre la fotografía:

“Antes de dedicarme al mundo del cine trabajaba en publicidad. Dirigí más de dos mil anuncios y en ellos colaboré con numerosos directores de fotografía de gran talento. Derek Vanlint era uno de ellos, y no había trabajado nunca en cine cuando quise que hiciera la fotografía de Alien. Ello sentó bastante mal a los productores, que esperaban a alguien con más experiencia, pero al final todos se rindieron ante la calidad de su trabajo. Posteriormente sólo ha trabajado en una película más (El Dragón del Lago de Fuego) porque siempre ha preferido los rodajes cortos y menos estresantes del mundo publicitario. A lo largo de los años su nombre ha ido adquiriendo tintes de leyenda por su extraño retiro y por la influencia visual que tuvieron sus dos trabajos cinematográficos. Siempre quisimos volver a colaborar en cine, pero siempre, por algún u otro motivo, nuestras agendas nunca coincidían. Cuando le comenté el proyecto quiso implicarse en él inmediatamente. Y todo ello a pesar que sabíamos que iba a ser un rodaje muy duro y sobre todo, muy largo. Pero las inmensas posibilidades a nivel visual de la historia le sedujeron”.

Habla Derek Vanlint:

“A pesar de no haber trabajado en cine desde hace muchos años, cuando Ridley me llamó para hablarme del proyecto no me lo pensé dos veces. Conocía la novela de Follett y la idea de trasladarla a la gran pantalla es probablemente el proyecto más atractivo que jamás me han ofrecido. Además, supone un reto en todos los aspectos porque hemos tenido que rodar todo tipo de escenarios en las más diversas condiciones lumínicas, desde campos abiertos a bosques, exteriores nocturnos, multitud de interiores día y noches iluminadas con fuego y por si fuera poco teníamos una increíble cantidad de efectos visuales generados por ordenador que debíamos integrar en las imágenes reales.

Ridley es un cineasta totalmente visual. Antes de comenzar a rodar dibuja su propio storyboard de todo el film. No sólo dibuja las secuencias de masas o de acción, sino que también anticipa lo que va a hacer en las escenas que únicamente contienen diálogos. Como director de fotografía es una maravilla contar con un director así, porque te permite concentrarte en tu trabajo y mantener una línea constante que sabes que en circunstancias normales no se va a alterar en el último minuto. Como siempre que hemos trabajado juntos hemos rodado con varias cámaras simultáneamente y la cámara principal siempre ha sido operada por él. Se siente más cómodo mirando a través del visor y así se encuentra más cerca de los actores a la hora de dar indicaciones a mitad de los planos.

Quisimos un aspecto muy diferenciado para cada parte de la película. El comienzo fija el tono del resto del film, pero en general resulta más luminoso y algo más alegre. Casi toda esta parte transcurre en exteriores y tuvimos la suerte de rodar a finales de verano y en otoño, por lo que los días eran más largos y algo más soleados. La luz era realmente suave y casi siempre rodamos a contraluz y sin apenas relleno, únicamente el esencial para permitir que se vieran las caras. La segunda parte fue deliberadamente rodada en invierno y tiene un aspecto mucho más frío. Pese a todas las desgracias que sufre esa gente y a lo desangelado del paisaje, siempre quisimos que algún detalle del encuadre resultara bonito. Conseguimos captar cielos nublados realmente espectaculares, aunque en determinadas escenas se añadieron por ordenador. La parte final juega con el contraste que se produce entre las escenas que transcurren en España, que rodamos tan soleadas y alegres como pudimos, con las escenas en Francia, de luz más ténue pero aún muy brillante y de nuevo el aspecto frío de Inglaterra, que decidimos suavizar ligeramente para no deprimir al espectador. Ocasionalmente, y cuando la escena lo requería, rodamos algunas escenas con un filtro bajo contraste de grado 1, especialmente las escenas románticas.

En una producción tan larga no puedes prestar demasiada atención al clima porque hay que rodar mientras haya luz diurna. A no ser que los cambios fueran drásticos –como comenzar una escena completamente soleada y que a mitad se nublase- decidimos seguir rodando bajo cualquier circunstancia y confiar en el etalonaje digital para lograr la consistencia adecuada en caso necesario.

Ridley quería interiores diurnos de un gran contraste. En lugar de iluminar a los actores, iluminamos el decorado, creando zonas de luz y sombra en torno a las fuentes lumínicas. Utilizamos el fuego de las chimeneas y las antorchas como motivación para utilizar humo; con él se suavizan ligeramente las zonas de penumbra y evitamos utilizar relleno excepto en los primeros planos, en los que la iluminación se alteró normalmente para favorecer a los actores. En estos planos evitamos colocar filtros delante del objetivo mediante luz suave y menos contrastada. Las escenas nocturnas se basaron en la luz del fuego, pero tuvimos que potenciarla con luces fuera de pantalla para lograr una adecuada exposición del negativo.

La idea inicial era rodar en formato 35mm anamórfico. Sin embargo teníamos intención de utilizar el zoom tanto en exteriores como en interiores. Cuando se rueda un film como este, un zoom es un objetivo tremendamente versátil porque permite variar la focal en un instante –dentro o fuera de plano- sin necesidad de cambiar de lente y parar entretanto el rodaje. El hándicap, por supuesto, es que su luminosidad es inferior y en formato anamórfico la calidad es inferior al de las lentes fijas. Por ello, y considerando la dificultad de conseguir los suficientes objetivos anamórficos de similares cualidades ópticas para el rodaje con multicámaras, decidimos rodar en Super 35 a tres perforaciones por fotograma. Con el ahorro de una perforación por fotograma en un rodaje tan largo asumimos el coste del Digital Intermediate a 4K, que fue de gran utilidad a la hora de arreglar las citadas inconsistencias lumínicas en los exteriores y para facilitar la integración de los efectos visuales.

Los exteriores fueron rodados en la emulsión Kodak 5246 (250 ASA) fijada a 200 ASA para aumentar la densidad del negativo. Es una emulsión de grano fino y que al estar equilibrada para luz diurna evita la utilización del filtro 85B. En algunos interiores iluminados con HMIs también la utilizamos. En cambio, la mayoría de los interiores los rodamos con la 5218 (500 ASA) fijada a 400 ASA. Fue otra de las ventajas de optar por el Super 35, puesto que ocasionalmente abrimos el diafragma hasta T/1.4 sin tener problemas de enfoque o de distorsión de la óptica.

Queríamos una película realista pero bella y estilizada al mismo tiempo y personalmente estoy muy satisfecho del resultado obtenido. También quiero agradecer su inestimable contribución a Hugh Johnson, que dirigió y fotografió la segundad unidad y que me sustituyó al frente de la fotografía de la primera durante dos semanas por enfermedad.”
Fuente: British Cinematographer, noviembre 2008.

[hr:b6d98d8133]

NOTA: Aunque todo lo aquí expuesto es completamente inventado, es lo más realista posible incluso en sus detalles técnicos. Y aunque me equivoque creo que los cineastas escogidos hubieran rodado así...