Yo ya no me arriesgo a que nadie me arruine una película, la falta de respeto y de educación campan a sus anchas y, por desgracia, a cada día que pasa van ganando más terreno los morlocks.
Mi última película en el cine fue Shutter Island y a partir de ahí nunca más, prefiero esperar a las correspondientes ediciones en BD y verlas tranquilamente en casa sin temor a los móviles con reggeaton de tono de llamada, sin miedo a las bocas ruidosas y grasientas llenas de veneno industrial, libre, al fin, de las histéricas y simiescas risotadas y de los balbuceos y gruñidos a pleno pulmón que pretenden asemejarse a algo parecido al lenguaje humano.