Una vez me pasó una anécdota bastante divertida en ese sentido
Estaba en una sesión de tarde y tenía sentada al lado a una señora mayor de unos 70 años. La pobre no habría dormido la siesta y cada dos por tres se dormía, con suerte sonaba sólo un silbido, pero en ocasiones, le salía la ronquera![]()
Lo bueno es que la pobre señora cada vez que se despertaba decía algo del tipo:
- ¡Ay, qué bonito! ¡Qué tierno! (Refiriéndose al niño de la película).
Y venga, otra vez a dormir.
Al rato despertaba, nos miraba a mí y a mi acompañante y nos decía con una sonrisilla:
- ¿Qué majo, verdad? (Reifiréndose de nuevo al niño).
Total, que la pobre se tiró así toda la películaLo que no recuerdo es si llegó a enterarse de algo
Muy graciosa la señora. En este caso no me molestó, pues la verdad es que se la veía muy agradable a la pobre
¡Quién sabe! Hasta ahora nunca me he dormido en una sala de cine, pero quizá en un futuro lejano sea yo la que ronque![]()