EL TAN TRAÍDO Y LLEVADO DEBUT como director de Tommy Lee Jones no lo es tanto. Aunque ahora eclipsada por la calculada envoltura de película independiente de “Los tres entierros de Melquíades Estrada”, Tommy dio el paso allá a mediados de los noventa, rodando un western para televisión llamado “The good old boys”, y también protagonizado por él mismo (junto a Matt Damon y Frances McDormand, entre otros).
El guión de la que nos ocupa es de Guillermo Arriaga, autor entre otros de “21 gramos” y “Amores perros”; utiliza en ésta sus trucos de siempre, entre ellos la rotura de la continuidad temporal y la mezcla de diferentes historias y personajes: la película comienza con el hallazgo del cadáver semienterrado de Melquíades (Julio Cedillo) en la frontera entre Méjico y Tejas, para luego desarrollar simultáneamente las dos líneas temporales del relato. Una en el pasado explicando cómo Melquíades llega al rancho de Pete (Tommy Lee Jones) y como es asesinado después, y otra ambientada en el supuesto presente, detallando la investigación llevada a cabo por el propio Pete, ante la inoperancia del sheriff (Dwight Yoakam) y de las patrullas fronterizas, para las que trabaja el recién llegado Mike (Barry Pepper). A esto se superponen las tramas personales del propio Mike y su mujer Lou Ann (January Jones), del sheriff, Pete y la camarera local (Melissa Leo) y el desarrollo de la amistad Pete/Melquíados. En el momento en que ambas líneas convergen comienza la parte central de la película (aunque nunca llega a deshacerse del todo de continuos flashbacks), con el viaje de Pete hacia el pueblo natal de Melquíades, en el que quería ser enterrado.
USA , 2005. T.O. The three burials of Melquiades Estrada
Director: Tommy Lee Jones , Guión: Guillermo Arriaga, Duración:121 min, Reparto: Tommy Lee Jones, Barry Pepper, Julio Cedillo, Dwight Yoakam, January Jones
Tanta mezcla de tramas y tiempos no hace mucho por la película, complicando de manera innecesaria el seguimiento de la historia y eliminando la posible emoción (que por otro lado podría haber ayudado a mantener al espectador entretenido un rato) de descubrir el cómo y el por qué del asesinato. En cuanto se recupera la continuidad, para emprender el viaje a Méjico, la trama se desarrolla de manera mucho más tranquila, aunque nunca demasiado interesante.
Como director, Jones es un poco más torpón que como actor. La película abusa de los saturados para dar esa idea de aridez, así como de los planos amplios, en un intento tal vez de reflejar el aislamiento y la alienación (parte fundamental de la trama) de los personajes. Éstos son retratados de la manera más cruda posible, suponemos que con intención de mostrar su estado de perdedores y alejándolos un poco de los espectadores.
El protagonista indiscutible, también del reparto, es Jones. Recibió un premio en Cannes por su actuación, aunque no deja de ser la repetición de su eterno personaje, por el que ya había sido premiado con un Oscar cuándo lo que buscaba era a Harrison Ford en lugar de un pueblucho mejicano. Él único con suficiente presencia como para hacerle algo de frente es el de Barry Pepper (el francotirador de “Salvar al soldado Ryan”), pero cae en una actuación un tanto histérica y demasiado recargada, suponemos que para intentar darle vida a su personaje. Pero de donde no hay no se puede sacar.
En fin, una película fronteriza que se hace aburrida por monótona y confusa. Recomendada para cinéfilos fronterizos