Los apuntes sobre el guión me han proporcionado una ligera sensación de Deja Vu mezclada con cierto estupor..digamos que no pinta muy prometedora la cosa.
Lo curioso es que Besson está consiguiendo implicar en sus proyectos fabricados como churros de serie B a cada vez actores de mayor prestigio o caché.
Lo que no se le puede negar al francés es que ha creado su propia industria. De bollería industrial, pero industrial.
Respecto a Johansson, que lejos quedan aquellos tiempos de Ghost World y Lost in Translation.