Decir iPhone, supone una gran responsabilidad. Es un estándar de calidad. Un símbolo. Actualmente, con el iPhone 4 llegando al final de su vida comercial, se nos abren dos interesantes caminos. El primero, es que Apple se decida a sacar una versión mejorada del actual iPhone 4, renombrándola de forma parecida a lo visto con el iPhone 3G y 3GS. Dicho movimiento no sería nada extraño, sobre todo teniendo en cuenta varios factores, como el más que posible cambio de ciclo de presentación de productos que está viviéndose en el seno de la empresa y la cercanía del lanzamiento de la versión del actual iPhone 4 de Verizon. Quizás Apple no quiera arriesgar a lanzar un modelo radicalmente diferente en lo estético, y quiera apostar (un año más) por las interesantes y envidiadas formas del cuarto teléfono de la familia iPhone. En lo que respecta a las cualidades técnicas, tampoco se espera una apuesta más arriesgada de la consabida subida de especificaciones técnicas básicas (mayor y veloz CPU A5 de doble núcleo, más cantidad de RAM y mejora en los sensores y megapíxeles de la cámara de fotos).