Recuerdo a este tipo. Vino a mi instituto a contarnos "su vida". Recuerdo que mi profesor de historia nos dijo previamente: "aprovechad y hacedle preguntas, que esta oportunidad no se tiene todos los días".
Cuando llegó la ronda de preguntas, levanté la mano y le pregunté si nos podía enseñar dónde tenía el número tatuado en la piel. Contestó algo así como que solo tatuaban a judíos, o una respuesta similar. A mí me olió a excusa barata, pero con la mirada de orgullo y aprobación por la pregunta por parte de mi profesor, y con mis 12-13 años de entonces, no le di más vueltas.
Cuando años después saltó la noticia de que era un farsante, una parte de mi lo sospechaba desde aquella charla.
La película, me llama mucho la atención, por razones obvias. Y la caracterización de Fernández es espectacular.