"Matrix se ríe de sí misma en un brillante regreso 'queer' (...) una película divertidísima, inteligente, vibrante y muy elocuente y definitoria del momento actual que vivimos."
Construye un blockbuster que anda todo el tiempo psicoanalizándose,que refleja el metalenguaje cinematográfico y donde la creadora da rienda suelta a sus obsesiones e intereses a través de un Neo que se convierte en su alter ego. Está el éxito, la relación con los fans, las relecturas del filme... y todo lo cuenta con humor incisivo. Está hasta su transición de género y su puesta en duda del binarismo de género en el que vive inmersa la sociedad patriarcal. Un guiño a lo queer de una directora que lleva los últimos años dando visibilidad al colectivo LGTBIQ en su vida privada y también en una de sus últimas creaciones, la serie Sense 8.
The Matrix Resurrections vuelve a las diatribas filosóficas de siempre, a la caverna de Platón, a la Alicia de Carroll, a la ficción y a la realidad, a la manipulación, incidiendo sobre todo en este último aspecto ¿Somos libres en la sociedad capitalista actual? ¿Es libertad elegir la carcasa del iPhone? ¿Es la seguridad de los ciudadanos su peor enemigo para conocer la verdad? Preguntas que de alguna manera estaban en las anteriores entregas, pero que la transformación del mundo ha hecho que cobren casi mayor sentido en esta cuarta película. Ahora se añaden los bots, que linchan a los enemigos que señala el sistema, se añade la manipulación política, la desinformación y fake news.
La estética orignal se mantiene solo en los flashbacks a la primera cinta. Los de la época actual se pasan a los colores saturados, con un halo vintage, en un Nueva York de cafés modernos y rascacielos. Los efectos visuales, la original se llevó el Oscar en esta categoría además de otras cuatro estatuillas como montaje y sonido, ya no sorprenden tanto, pero siguen siendo espectaculares, como la escena donde Keanu Reeves vuelve a hacer kung fu, o una de las escenas finales donde se resuelve el misterio. La Wachowsky lo ha vuelto a hacer: ritmo, fondo y forma vuelven a congeniar en una entrega que lo tenía realmente difícil y que plantea una enmienda a la totalidad a la propia saga, con un giro final digno de nuestro tiempo.
'Matrix: Resurrections' es una secuela a la altura de la trilogía original y una gran reflexión sobre el estancamiento actual del cine
Lana Wachowski no deja títere con cabeza en la cuarta entrega de 'Matrix'. El regreso de Neo, casi dos décadas después de la transformación de Keanu Reeves en icono total del cine de acción y ciencia-ficción, es una ametralladora metaficcional que dispara a la industria, a las franquicias, al estado actual del género y sí, a las propias películas originales que, parece decir Wachowski, igual tenemos un pelín mitificadas de más.
https://www.xataka.com/cine-y-tv/mat...to-actual-cine
70%
https://www.rottentomatoes.com/m/the..._resurrections