Viernes por la tarde. Después de una semana de perros, de estrés, de correr para un lado y para otro, de levantarse a las 7 de la mañana, de soportar atascos, a clientes impertinentes, las broncas del jefe, trenes con retraso, las colas interminables del super, metros con olor a sobaco, autobuses atestados, a la suegra, al vecino coñazo de encima, etc..., sinceramente a mi me apetecería 1000 veces más meterme a ver Megalodón 2 y dejar el cerebro en of durante un par de horas que algo filosófico y profundo. Quizás otro día y en otro momento sí.
Con esto digo que según la situación y el momento puede apetecer ver una cosa u otra. Y a veces una chorradilla como Megalodón viene que ni pintada para simplemente dejarse llevar y echarse cuatro carcajadas. Hay sitio, lugar y momento para todo.




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