Nadie mejor que el propio Coppola para anticipar una más que previsible guerra entre su insobornable visión artística y la visión pragmática de los ejecutivos. Al igual que muchos otros, ha vivido esta historia unas cuantas veces porque se trata de un conflicto tan antiguo como el cine. Same old story. Y, aún así, ha puesto un montón inconcebible de pasta para hacer lo que le ha salido de las pelotas, lo cual es digno de estudio (y de un guión memorable, puestos a pedir). Si las opiniones filtradas reflejan la mitad de la verdad, Megalopolis es más rara que un perro verde y deja a Apocalypse Now en un remake de Objetivo Birmania, por lo que va ingresar directamente, y a mucha honra, en la categoría de filmes malditos.