Hay un componente en la literatura que el cine nunca podrá plasmar. Cuando lees tu completas lo que falta con tu imaginación, te haces una imagen de algo o alguien, aquí es donde entras tu. En el cine está todo hecho, no hay cabida a las interpretaciones propias. Eso nunca podrá darlo el cine y plasmarlo en un celuloide, aunque luego lo que salga te parezca magnifico y supere tus espectativas. Y lo que apunta Grubert es cierto, a ver como encajas un libro en 120 minutos.
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