Los créditos de "Silent Running" o Naves misteriosas, como se la tituló en España. Apoteósicos.



La búsqueda (física, pero también espiritual) de Conan, que ha sacrificado su amor en pos de encontrar lo que ha buscado toda su vida: venganza, tal vez, pero sobre todo... ¡el secreto del acero! Con música del gran Poleiduris de fondo.



El momento en que el escritor moribundo Richard Collier conoce a una actriz del siglo pasado, Elise McKenna. Uno de los momentos más intensos que he vivido ante una pantalla. Una película grandiosa.