La película que voy a recomendar me parece que es muy desconocida así que imagino que pocos o ninguno la habrán visto.



Creo que es digna de figurar en un listado entre lo más destacado del J-Horror. Si no fuera por una parte final, o más bien una segunda parte que no está a la misma altura de la primera, estaríamos hablando de un título mucho más conocido y destacado. La sensación que me deja es agridulce por ese motivo. Aún así merece la pena verla.

El argumento es francamente interesante: Una periodista, Kyoko Togakure, investiga acerca de una serie de extraños sucesos que tienen lugar en la región de Kanto donde varias personas, previamente a quitarse la vida, se autolesionan sus ojos y padecen una sed insaciable. Por medio de un profesor universitario, que pierde la vida al regresar de su investigación de un reciente descubrimiento arqueológico tras una serie de terremotos, Kyoko se entera de que el lugar está asociado a un antiguo mito sintoísta con respecto a una fuente subterránea.

Esta película, Mizuchi, se conoce también con el nombre de Death Water y comparte con el film de Nakata de similar título, Dark Water, la relación entre el agua y el mundo de los muertos. También es posible verla acordándose de otra obra del mismo director, Ringu, por todo el tema de la investigación que se lleva a cabo. Sin embargo, en esta ocasión no hay fantasmas de pelo largo y negro sobre la cara y no es un calco de los títulos más conocidos del J-Horror.

El ritmo está más cercano, especialmente en la segunda parte, a una película de Kiyoshi Kurosawa que a cualquiera de las anteriores, de hecho su estética me recuerda por momentos a Cure, película con la que comparte director de fotografía Tokusho Kikumura, también autor de la foto de Ju-On. La primera parte de la película es realmente buena, con una secuencia, la de una de las chicas que comienza a beber agua sin descanso, extraordinaria.