Eso es. Como comentaba poco antes en otro hilo, antes, para hacer una película, se buscaba un actor cuyo físico le fuera al personaje. Si el guión decía que el personaje estaba delgado, se cogía a un actor delgado, si era pelirrojo, se cogía un actor pelirrojo, y así por el estilo. Ahora parece que es al revés. Si el guión dice que el personaje está delgado, cogemos a un actor de físico normal y le sometemos a una dieta de campo de exterminio, si dice que la prota es fea, cogemos a una actriz guapa y la ponemos bien fea. No digo que no se logren buenas interpretaciones con ésto, pero parece que lo que tiene mérito es el cambio físico a que se ha sometido el actor y no su interpretación. Y otra cosa: una cosa es coger un personaje que ya existe e interpretarlo a tu manera, y otra muy distinta, cambiarlo tanto que no lo reconozca la madre que lo parió y del personaje que era, sólo quede el nombre (cosa que por ejemplo, han hecho con Drácula). No me están gustando nada estas nuevas versiones (La bella y la bestia, Drácula, Maléfica...) de personajes clásicos a la moderna que están haciendo ahora.