Por lo que leo, está claro que va a haber que tomarse a esta película como un drama convencional con un envoltorio exótico, pero perfectamente adecuado al gusto occidental. Vamos, que el que quiera saber algo del verdadero Japón, lo va a llevar crudo con esta peli al parecer. Tampoco me parece algo criticable, en Japón también gustan de inventarse sus propios mitos occidentales, sólo hay que ver películas como "Andalucia no natsu" (y eso que estaba asesorada por españoles), o un libro (japonés) que mi profe de japo en la uni nos dejó para echarle un vistazo, y que trataba al parecer de la vida y milagros de "El Tempranillo", ilustrado con mapas de Andalucía, fotos de La Alhambra y esas cosas.
En cuanto a la música, se nota que Williams ha trabajado la partitura intentando rentabilizar al máximo la única cosa parecida a una melodía (aunque no pasa de ser una simple frase musical) que se le debe de haber ocurrido. Por desgracia, la repetición incesante de este tema principal le va quitando impacto según va discurriendo la partitura. Me pregunto por qué estos compositores consagrados no colaboran como productores para gente más joven e inexperta, pero con mayor inspiración para crear temas, para dotar de aire fresco a la música de cine (además, me refiero a que ambos estén presentes en los créditos, y no que el músico joven e inexperto actúe de "negro"). No sé si será el ego de los músicos o la necesidad de los productores de la peli de tener un nombre famoso en el "score", o ambas cosas, pero creo que un trato así entre 2 músicos sería muy beneficioso para ambos, y para las películas. Un saludete.