Si uno tiene que quedarse bizco que sea Smeagol, al fín y al cabo está mirando fijamente al anillo que tiene plantado relativamente cerca de la cara, al mirar fijamente un punto cercano nuestra propia mirada bizquea porque las pupilas se acercan una a otra para enfocar en ángulo cónico. Hablamos de una bizquera moderada y hacía el interior, lo malo es que llegue un ojo centrado y el otro bizqueando hacia afuera