Todo depende mucho del tipo de gato, de si es de raza o no y de los dueños. Mi primer gato era inteligentísimo, además de cariñoso, con carácter y divertido. Desde pequeño se le trató muy bien y lo estimulamos mucho, por eso siempre fue muy juguetón. Además, aprendió muchas cosas: pedía permiso con la patita para subirse en tu falda, e incluso, nos daba besitos (lametazos con la lengua) y venía a recibirnos a la puerta cuando nos escuchaba llegar. Siempre estaba contento y ronroneando

Y le gustaba mucho el contacto físico. Por otro lado: era muy callado, limpio y se acercaba a las visitas.