Aprovecho la intervención del Sr. Karloff en este hilo, cercana la hora del magno acontecimiento de la presentación de Luna profunda por parte de su apolineo y maduro autor, para informarle de la degustación la noche de ayer del bautizado recientemente como vermut marotiano, homenaje etílico a un visitante asiduo de nuestra tierra que, en las noches de luna- que son todas-, aúlla por la ingesta de media docena de vasos de la citada bebida, aunque haya de aguantar las embestidas dialécticas de una cohorte de amantes de ese Drácula lugosiano del que tanto abominó en no muy lejanos tiempos y que ahora parece redescubrir por no se sabe bien qué motivos.