Armaggedon (Armaggedon) (1998)
Un grupo de perforadores petrolíferos es enviado al espacio con la complicada misión de salvar el mundo de un enorme metorito que amenaza con estrellarse causando una destrucción total del planeta.
Dirección: Michael Bay / Productores: Michael Bay, Jerry Bruckheimer, Gale Anne Hurd para Touchstone/Valhalla Motion Pictures / Guión: Jonathan Hensleigh y Jeffrey Abrams [y Paul Attanasio, Ann Biderman, Scott Rosenberg, Robert Towne], según una adaptación de Tony Gilroy y Shane Salerno del argumento de J. Hensleigh y Jonathan Roy Pool / Fotografía: John Schwartzman / Música: Trevor Rabin, Harry Gregson-Williams / Montaje: Mark Goldblatt, Chris Lebenzon, Glen Scantlenbury / Efectos especiales: Buena Vista Imaging, Blue Sky/VIFX, Black Box Digital, Dream Quest Images / Intérpretes: Bruce Willis (Harry S. Stamper), Billy Bob Thornton (Dan Truman), Ben Affleck (A.J. Frost), Liv Tyler (Grace Stamper), Will Patton (Charles "Chick" Chapple), Steve Buscemi (Rockhound), William Fichtner (coronel William Sharp), Owen Wilson (Oscar Choi), Michael Clarke Duncan, Peter Stormare, Ken Hudson Campbell, Jessica Steen, Keith David, Grace Zabriskie, Udo Kier, Michael Bay / Nacionalidad y año: USA 1998 / Duración y datos técnicos: 153 min. Color Scope.
A partir de la insólita moda en los últimos tiempos, donde las películas de idéntico tema se efectúan por pares (hubo dos Robin Hood, dos duelos en O.K. Corral, dos amistades peligrosas, dos erupciones volcánicas...), aquí le toca el turno a que la Tierra esté a punto de acabar como consecuencia de la colisión de un cuerpo celeste. Deep Impact era un pésimo folletín, obra de Mimi Leder y Steven Spielberg, de muy escaso interés; este film de Michael Bay -director de La Roca- parecía que iba a llevarse el gato al agua en lo que a resultados se refiere -y al menos en taquilla funcionó-, pero a efectos prácticos el logro es todavía mucho peor. Al menos, aquélla estaba diseñada con honestidad, dentro de sus depauperados planteamientos; ésta, sin embargo, pretende ser algo así como el no-va-más en acción y acaba resultando un soberano aburrimiento.
Dentro de lo que cabe, lo de menos en esta solemne basurilla es que se dedique a plagiar planteamientos argumentales de obras maestras del cine como ¡Hatari! o La patrulla del amanecer, y casi se agradece esto, dada la escasez de materia argumental que detenta este film de casi tres horas de duración. El resto del argumento que se ofrece alcanza unas cotas de ridiculez, o estupidez, o simplemente desvergüenza que hay que verlo -es una forma de hablar, no se lo recomiendo al lector- para creerlo.
Así, aporta un interminable muestrario de personajes a cuál más imbécil, que se inicia con un intento de acoso y derribo por parte de Bruce Willis hacia el muchacho que se ha acostado con su hija, y que semeja más propio de una aventura de Silvestre y Piolín, seguido por el entrenamiento de los aguerridos héroes americanos que sacrificarán su vida y que para el que suscribe supone, acaso, lo más insoportable de la película; después se ofrece un breve interludio donde los aguerridos héroes americanos que sacrificarán su vida descansan antes de la proeza, y que aporta momentos tan sutiles, delicados y poéticos como la escena de amor entre el referido muchachote y la niña del Willis, y su conversación referente a unas galletitas; el viaje interestelar es un conglomerado de supuesta tensión donde se logra el efecto contrario, llegando el espectador a jugar a averiguar qué se estropeará ahora para seguir alargando el inexistente argumento -estos instantes servirán de excusa para que se demuestre lo chapuceros e ineptos que son los rusos, excusa servida con la misma sutileza característica de Michael Bay-; al fin, los aguerridos héroes americanos que sacrificarán su vida llegan al asteroide, y tras un nuevo cúmulo de peripecias que siguen prolongando de forma irritante el final de la historia, por fin llegamos a la conclusión de la película, agotados, profundamente agotados, pero sabedores de que, si en alguna ocasión la Tierra fuera a correr el riesgo de desaparecer a consecuencia de determinada catástrofe cósmica, los aguerridos héroes americanos sacrificarán su vida para que podamos seguir viviendo felices por los siglos de los siglos.
Yo prefiero que me caiga un peñazo encima a tener que volver a aguantar esta insoportable tortura.
Anécdotas
* Premios: Oscar (1999): nominaciones a edición de efectos sonoros, efectos visuales, canción ("I Don't Want To Miss a Thing"), sonido. Academy of Science Fiction, Horror and Fantasy Films (1999): premio a mejor director y mejor film de ciencia-ficción (exaequo con Dark City), y nominaciones a actor (Willis), vestuario, música, efectos especiales y actor secundario (Affleck). Razzie (1999): premio a peor actor -Willis, en unión a sus papeles por Mercury Rising (Al rojo vivo) y Estado de sitio (The Siege)-, y nominaciones a peor director, peor canción ("I Don't"), peor película, peor pareja fílmica (Affleck/Tyler), peor guión y peor actriz secundaria (Tyler) * El inicio muestra una colisión de un meteorito contra la Tierra hace 65 millones de años pero la orografía terráquea es la actual * La reciente edición americana en DVD incluye dos discos: en uno, la película ofrece metraje adicional, en el otro, aparte, hay más escenas descartadas (amén de otros muchos extras).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)




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