Tema: Misión: Imposible - Fallout (Mission: Impossible – Fallout, 2018, Christopher McQuarrie)

Por fin vista. Gran peli de acción y por no repetir de acuerdo con todo lo comentado acción, Ethan Hunt, etc. He salido feliz del cine.

Un apunte que no sé si se ha comentado...

Spoiler:

La primera vez que aparece La Viuda Blanca está hablando de Max como su madre... Será el mismo Max que aparece en la primera entrega interpretada por Vanessa Redgrave, no cabe duda que hacen el mismo trabajo... A lo mejor me estoy equivocando pero sino es así es un buen guiño a la peli de De Palma y a la saga en general

Como peli de acción está de diez.
Es de agradecer el enorme esfuerzo por limitar los efectos digitales a lo estrictamente necesario. De las mejores de esta saga, o tal vez la mejor.

Es un blockbuster muy entretenido que hace fácil pasar dos horas y media en un cine en pleno verano, y que para ello vitamina la parte más festiva del film anterior, donde desfilaba entre lo lúdico y cierta seriedad soterrada en la evolución que había seguido el mundo actual alrededor de Ethan Hunt. Como si su trabajo, lejos de poder impedir que el mundo cambiase, ahora hubiese de someterse a él. Y la evolución de ese mundo de hoy lo condicionase y cambiase todo.

Es por ello que en este sexto film uno echó de menos esa pulsión soterrada; la sensación de que su mundo post guerra fría daba un paso más, entrando en una nueva era más allá del cambio de nombre en ciertos personajes recurrentes; perspectiva silenciosa que por su sutileza le había dado un cariz muy interesante a la saga; dedicándose en "Fallout" sin embargo, y con mayor decisión aún, al mero divertimento; perfectamente engrasado, fácilmente reconocible.

Por eso, a su finalización, pensé en lo bien que lo había pasado, pero también en la admiración que podía haber despertado de haber continuado ese interesante empuje para la saga sin alterar lo que pretende. Su aceptación como tal en un momento histórico en el cual todo se difumina, tanto la confianza como las fronteras.

Quizá en el fondo eche de menos la presencia dominante de aquel antagonista que en la tercera parte ofreció Phillip Seymour Hoffman, capaz de estar ahí incluso cuando llevaba varias escenas fuera de pantalla. Esa presencia que, sin necesidad de darle mayor profundidad al metraje, ni a su cara más lúdica, sí podía dársela a la historia, al encaje de algunas motivaciones, miedos y sentimientos, y sin dejar de ser Misión Imposible.