La escena final del tren fue idea de De Palma, éste comentaba que Robert Towne quería acabar la película en el vagón de equipajes, pero De Palma dijo "¡es Misión Imposible, tenemos que acabar con algo espectacular!".
La escena es espectacular desde luego, mucho mejor que lo que veía en aquel momento en la media de las películas de acción. Pero es cierto que desentona que en un thriller de espionaje, que hasta ese momento no había tenido una sola escena de acción, plantar una secuencia tan espectacular.
Para mí también es sin duda la mejor de Misión Imposible, la única pega es que ese romance que sólo se intuye entre los personajes de Cruise y Béart se quedó en la sala de montaje. Según contaba De Palma, Béart no se adaptó a trabajar allí y no funcionaba.