Recién vista.
Hay algo en la ecuación monstruos+niños+cine clásico (aquí, la referencia principal es King Kong) que destila una fuerza extraña y una capacidad de fascinación poderosa. De un modo vago, esta película me recuerda a El espíritu de la colmena. Que también trata sobre cuestiones vitales, niños obsesionados con monstruos, e inmersos en un mundo hostil.
Un monstruo viene a verme es una película extraña, dura, sombría, pero al mismo tiempo llena de fuerza y de una hosca belleza.
Se nos cuenta la historia de Conor, un muchacho "demasiado mayor para ser un niño, demasiado joven para ser un hombre" que vive en un mundo difícil, donde él es prácticamente invisible, y poblado por monstruos. Monstruos que son a la vez metáforas e inspiraciones. Monstruos que asustan, que como los buenos monstruos clásicos, en un momento determinado, echan a andar. Cuando tienen que echar a andar. Monstruos que como los buenos monstruos clásicos destruyen, pero también cuentan historias y favorecen la catarsis. ¿Cómo no sentirse identificados con ese niño que no encuentra su lugar en un mundo sombrío y amenazante, en el que la inadaptación, la soledad, la enfermedad, la muerte, acechan a cada paso? Pero también un mundo donde bulle la imaginación, la creatividad, donde la naturaleza crea y destruye. Que nos enseña a creer en las piadosas mentiras que nos inventamos para disimularnos las horribles realidades que todos conocemos y de las que jamás hablamos. El monstruo está dentro de nosotros mismos, no sólo es lo que está fuera y nos llena de dolor: enfermedades de seres queridos, abusones, familiares que nos tratan como si no existiéramos. La inseguridad, el miedo, la rabia... Porque las cosas no son lo que parecen: el impecable príncipe puede ser un asesino y amado por su pueblo, y el caligaresco boticario puede ser desagradable y avaro, pero sanar a la gente. No es un mundo enteramente malo ni enteramente bueno, y con frecuencia aquellos de que más se espera, acaban fallando. Todo esto son cosas a las que Conor deberá enfrentarse en esta historia de rito iniciático, de su paso a la edad adulta contada con crudeza extrema y de manera impecable (no se podía contar de otra manera) pero sin incurrir en la ñoñería y el miserabilismo. Mención aparte merecen los bellísimos dibujos (tengo la impresión de que quizá esta era una historia que hubiera podido contarse mejor como cinta enteramente de animación), las excelentes interpretaciones y un todo que funciona a la perfección, donde no sobra ni falta nada. Es verdad que en algún momento se hace algo lenta, pero creo que no se hubiera podido hacer de otra manera.
¿Qué es previsible? Pues naturalmente, no es Con la muerte en los talones? ¿Que es lacrimógena? Es como tiene que ser, ni más ni menos ¿Quién no lloraría ante una situación así?
El cine español puede hacer buenas películas que no hablen de la Guerra Civil, de gays ni de maltratadas. La lástima es que tenga que recurrir a una historia ambientada en Gran Bretaña, con actores extranjeros y basada en una novela de un autor americano.
No se la pierdan. Esta película debería ser de visionado obligatorio.
Y sí, como decía Tripley más arriba, en una de las fotos de la casa de la abuela sale Liam Neeson.