Se ha muerto uno de los grandes monstruos de nuestro cine. Ahora mismo no lo recuerdo en uno de sus innumerable papeles cómicos (inteligentes); rememoro a ese misántropo-poeta de El espíritu de la colmena, con esa muerte en vida que regala toda postguerra, sobre todo a los que tienen que callar frente a la estupidez diaria.
Descansa en paz, hombre con genio (en todos los sentidos).